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Opinión | Tralla

Otoño caliente en el comercio

La Conselleria de Economía vuelve a rodar tras los conflictos internos y externos que la tenían paralizada desde el mes de marzo

La Conselleria de Economía vuelve a rodar tras los conflictos internos y externos que la tenían paralizada desde el mes de marzo. Primero con el terremoto generado por el informe de la Abogacía de la Generalitat que tumbó la estrategia de cierre en domingos; posteriormente, la guerra del mestizaje y para rematar el escándalo en la dirección general de Internacionalización, que acabó con la dimisión de la número tres del conseller, Rafa Climent, la economista Mònica Cucarella.

La remodelación del Consell ha servido para reestructurar el departamento y para reforzar a Climent. La salida de María José Mira „no por razones técnicas, sino por falta de feeling personal con el conseller„ y Rafa Carbonell y la llegada de Enric Nomdedéu evidencian un rearme dentro de la conselleria de Compromís, concretamente del Bloc mayoritario afín a Mónica Oltra y Águeda Micó.

Una vez Climent ha conseguido el control total de su departamento y goza del apoyo de la vicepresidenta del Consell y la mayoría de su partido tras el temporal, el exalcalde de Muro está dispuesto a hacer cumplir a rajatabla su programa electoral. Y los horarios comerciales serán su ariete.

La Dirección General de Comercio, liderada por Natxo Costa, el otro gran ganador de la batalla interna en Economía y en el Bloc, ya prepara su ofensiva para reducir la apertura en festivos. Habrá buena voluntad, se intentará negociar, pero esta vez sí que hay un plan B por si la mano izquierda vuelve a fracasar. Costa se siente fuerte y ya se susurran en los pasillos de la conselleria amenazas de poner peajes a las grandes superficies en forma de impuestos si la batalla judicial se recrudece.

Comercio entiende que el problema de los horarios comerciales se debe solucionar con política. Pero sobre una base. Que no puede haber libertad horaria. Para ello, tendrá enfrente a las grandes superficies, con El Corte Inglés o Carrefour a la cabeza. Pero Costa esta vez cuenta con unos aliados que hasta la fecha habían mostrado un perfil bajo: los supermercados, donde Mercadona tiene un peso preponderante. A nadie se le escapa que la cadena que preside Juan Roig no abre los domingos y eso será aprovechado desde Economía para equilibrar las fuerzas. La presión del pequeño comercio no ha sido suficiente para poner coto a la apertura total en festivos.

Barruntan en la Torre 2 del complejo 9 d´Octubre „sede del departamento que dirige Climent„que hay que acabar con las Zonas de Gran Afluencia Turística. Y es ahí donde entra en juego la nueva estrategia. Eliminar las zonas de gran afluencia que creó el PP y montar un nuevo régimen de horarios. El alcalde Joan Ribó madura la posibilidad de permitir la apertura en toda la ciudad pero solo en determinadas fechas del año, como verano o Navidad. Todos los agentes implicados ya velan armas para un otoño caliente.

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