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Déjame que te cuente...

Estos días, conocido el resultado de los comicios de hoy en Galicia y País Vasco, tendremos más certezas sobre si nos tocará volver a recorrer el camino a las urnas por tercera vez en meses, o si, por el contrario, los partidos podrán alcanzar un pacto de gobernalidad que ponga fin a este bloqueo que en poco cumplirá un año. Decía estos días el ministro en funciones de Economía que las peores crisis económicas derivan de crisis políticas, y es probable que así sea, pero lo seguro es que en nada contribuye a la estabilidad económica y social el desgobierno.

Un año en funciones es un año perdido para el impulso de importantes reformas que el Gobierno debe abordar a fin de consolidar la recuperación. La bonanza de las últimas reformas se agota, y los vientos de cola también. Por ello es crítico que un nuevo Gobierno retome cuanto antes el proceso reformista y allane el camino a la actividad económica y a la generación de empleo, que ya están mostrando signos de ralentización, tal y como confirma el último Informe de Coyuntura de la CEV. Los datos de paro impiden dar por finalizada la crisis. Es «el problema» económico y social y su solución está, en gran medida, en las reformas estructurales.

No voy a detenerme en ahondar en la urgencia de reformar el modelo de financión autonómica o conseguir un trato equilibrado en las inversiones que destina el Gobierno a los diferentes territorios, un reparto que asegure la finalización de infraestructuras imprescindibles para nuestra competitividad como son los dos corredores ferroviarios pendientes, el Cantábrico y el Mediterráneo. Esto lo sabemos y defendemos todos en esta Comunitat, pero ¿se nos oye en Madrid? Sabe el Consell, porque así lo hemos trasladado en repetidas ocasiones, que cuenta con los empresarios como aliados para hacer visibles las demandas y necesidades de los valencianos.

Además, precisamos unas administraciones públicas que favorezcan el crecimiento y el empleo, la unidad de mercado, la flexibilidad interna, que apoyen la creación de empleo y la reforma del sistema de formación profesional para adecuarlo a las necesidades de las empresas. Necesitamos administraciones que se doten de los mecanismos para luchar contra la economia sumergida y para promocionar nuestro sector exterior? Y fundamental: debe acordarse una solución a la preocupante situación del fondo de reserva de la Seguridad Social. No hace tantos años, en 2011, ascendía a 67.000 millones de euros. En estos momentos cuenta con 24.207 millones y, según nuestras estimaciones, si continuamos a este ritmo y teniendo en cuenta que cada nómina asciende a 8.491 millones de euros, el fondo de reserva puede agotarse en 2017 o 2018.

En este inestable y preocupante escenario, cumpliendo con su función de agente social explícitamente reconocida en el título preliminar de nuestra Constitución, la CEV acordó participar del debate en defensa de nuestro territorio y nuestras empresas y dirigir a los diferentes partidos políticos que negocian pactos de gobernabilidad para el país una serie de prioridades que, en opinión de los empresarios, deberían ser defendidas en las mesas de negociación por los políticos designados por los ciudadanos de la Comunitat Valenciana para defender sus intereses. Con una única pretensión: realizar nuestra aportación para que los asuntos que interesan a los valencianos entren en las agendas de Madrid.

En estos últimos tiempos de crisis e inestabilidad en los que casi todo puede ser cuestionado, y no está mal que así sea, cabe recordar que la CEV en el desarrollo de su misión específica de defensa y promoción de los intereses que le son propios, los empresariales, cumple además una función social al ser el cauce para la participación ciudadana del colectivo empresarial. Participamos del debate social con la aportación de la visión empresarial. Y, sin duda, esta función social constituye un bien a proteger por todos, pues a todos interesa una sociedad civil fuerte, articulada y reivindicativa. Y es algo que todos los implicados con el presente y futuro de nuestra sociedad seguro que comparten.

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