El sonido de las campanas del reloj de la Nau retumban en el claustro del histórico edificio de la Universitat de València (UV). Como si del inicio de «Campanades a mort» de Lluís Llach se tratara, pero no para llorar la falta de libertad, sino para contar el entierro de un sistema: el Estado de Bienestar. La etapa de mayor prosperidad de la historia de la humanidad empezó su declive en los años 80 del siglo pasado, liquidado por una ideología, el neoliberalismo, que aplican las élites de todo el mundo de manera inmisericorde y orquestada. De ese hundimiento y sus causas, que ha disparado la desigualdad en el mundo, versa La secesión de los ricos (Galaxia Gutemberg, 2016), el nuevo libro de los catedráticos de Geografía Humana y Sociología, Juan Romero y Antonio Ariño.

La secesión de los ricos (I). Vídeo: Levante TV

La obra se presenta este martes a las 19 horas en el mismo enclave, la Nau, donde El Mercantil Valenciano conversa en profundidad con los autores.

El libro se centra en la aplicación del término «secesión» en el comportamiento de los «ultraricos» del mundo, las verdaderas élites que mueven el planeta. Tras la publicación de los «papeles de Panamá» se evidenció que los usuarios de los paraísos fiscales no eran sólo empresarios o banqueros, sino personajes de todo tipo como políticos, celebrities, actores... ¿Unas élites transversales? «Plurales», replica Antonio Ariño. Para Antonio Ariño, experto en políticas de Bienestar y Tercer Sector, hay que sacar a los políticos de este saco porque en realidad son «sumisos, instrumentos de los ricos para cambiar el sistema a su favor».

La secesión de los ricos (I). Vídeo: Levante TV

Romero explica el término de «secesión de los ricos», «un concepto muy sutil y evocador, porque remite a la verdadera secesión, la estructural, la de fondo». Joan Romero asegura que ha habido un «gran desanclaje» entre las élites y el resto del mundo. Ya no quieren pagar impuestos y esconden su dinero en paraísos fiscales. «No tienen más patria que sus consejos de administración y su dinero», en palabras de Ariño.

El miedo y «la revancha de las élites»

Los profesores relatan en su obra que las élites han desconectado de los demás ciudadanos porque «han perdido el miedo», son conscientes de su clase y se están cobrando «la revancha». Unas afirmaciones que dan escalofríos. Según Ariño, «ha habido un cambio en el poder e ideológico. Se están desmontando las estructuras del sistema de bienestrar». Y pone como ejemplo al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. «Existe una estrategia de deslegitimación sistemática de la igualdad. Soy listo porque me libro de la fiscalidad», apunta en referencia al multimillonario político. Romero argumenta el porqué las élites han perdido el miedo „el fin del reformismo del miedo en que consistió el pacto entre capital y trabajo de la socialdemocracia„. «En un momento de la sociedad industrial, los poderes económicos y políticos se tuvieron que sentar a la mesa de los acuerdos. Había que demostrar que el modelo comunista era peor que el nuestro porque había riesgo de revoluciones y de un cambio de sistema», describe el catedrático de Geografía Humana. «Eso se acabó y coincide con el final de la sociedad industrial», sentencia.

La secesión de los ricos (I). Vídeo: Levante TV

Se extingue el pacto entre capital y trabajo

Una visión muy pesimista sobre la realidad actual, se podría pensar de las afirmaciones de los profesores. «El libro tiene esta visión pesimista porque en realidad, los ricos durante la época del contrato social no aceptaron ese pacto de buen grado, sino por miedo. Existían los países comunistas y sindicatos muy fuertes y aceptaban el pacto entre capital y trabajo a regañadientes. Ya no existe el miedo en su bando» apunta Ariño. Para Joan Romero, se trata del «pesimismo de la razón. Es lo que vemos». El catedrático de Geografía añade otra reflexión que aparece constantemente en el libro. El poder. «El poder ha cambiado de manos. Las élites desde la mitad de los años 80 del siglo XX han vivido una reforma política que ha cambiado el poder», apunta. Y sentencia: «Tras la caída del muro de Berlín, hoy en día no hay razón objetiva para que las élites lleguen a acuerdos».

La secesión de los ricos (I). Vídeo: Levante TV

Empresarios e impuestos

Pese a su visión pesimista de la realidad, todavía hay élites que dicen públicamente que quieren pagar más impuestos, como por ejemplo el empresario Vicente Boluda. «Son los menos», replica Romero y recuerda una cita del multimillonario Warren Buffet: «La lucha de clases existe y es la mía la que va ganando». Ariño contesta que Boluda también dijo recientemente que él es «defensor de la libertad y no de la regulación». Para el profesor esta afirmación es peligrosa: «La regulación debe embridar esta desbocada carrera de secesión».

La democracia en peligro

En La secesión de los ricos también se aprecia una gran preocupación por el deterioro de la democracia en Occidente. China ha demostrado que la democracia no es imprescindible para el desarrollo del capitalismo. «El modelo chino es un modelo asiático de producción, crecimiento sin libertades. Pero a nuestras libertades les va bien una especie de democracia jibarizada, de democracia low cost. Las élites nos dejan jugar, pero cuando se cansan nos quitan el balón. Eso es poder», describe Juan Romero. Para Ariño «hay muchos capitalismos, tanto en la historia como geográficamente». Y añade: «El de hoy es un capitalismo financiero cognitivo. Las finanzas producen capital sin mediación de otros procesos industriales. La innovación ha llegado a las finanzas y es donde más ha evolucionado provocando la crisis del 2008». «China también está teniendo problemas para contener esa circulación de capitales», recuerda.

La desigualdad provocó la crisis

Una de las afirmaciones que se hacen en el libro no por evidente es menos llamativa. Los dos autores plantean que fue el aumento de la desigualdad la que desató la crisis y no el hundimiento económico el que generó la actual diferencia entre el 10 % y el resto de la población. «Esto viene de mucho más atrás. Del momento en que se rompen las reglas del juego. Josep Fontana y Paul Krugman lo definen como la gran divergencia social. Y esas decisiones son políticas y se tomaron a finales de los 70 y principios de los 80», señala Romero, en referencia a las políticas de Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en EEUU. «El neoliberalismo, un discurso que fue minoritario en los años 60 ahora es hegemónico», lamenta Joan Romero, que recuerda que el proceso de concentración de la riqueza ha regresado.

Ariño, en referencia a España, apunta que «no es el mejor observatorio». «Desde los años 80 hasta 2008 tiene un gran crecimiento. Es un espejismo. Y aunque no es el mejor lugar para ver el incremento de desigualdades sí se aprecia que el país crecía pero no redistribuía. Ese es unos de los motivos de la crisis», argumenta. Y sobre esto, reflexiona Romero: «Ahora sabemos que puede haber crecimiento económico y que aumente la desigualdad. Y estamos en esa fase. Miremos Europa, EE UU... Angus Deaton ha publicado un artículo que concluye que, en un país que crece como Estado Unidos, se han disparado las tasas de mortalidad y morbilidad por la pobreza en las personas blancas de 40 a 55 años ».

Los perdedores de la globalización

Son los perdedores de la globalización, los que decantaron el referéndum a favor del «brexit» y apoyan a Donald Trump. Para Ariño, «no son igual los derrotados de la globalización en China, Brasil o Europa. El populismo europeo no es igual por eso sus intereses estratégicos son muy divergentes. Y las élites lo saben. Es muy complicado que las clases ascendentes chinas e indhúes se alineen con las europeas porque las primeras crecen a costa de las segundas». Romero, citando a Milanovic, recuerda que en Europa y EEUU los perdedores de la globalización son las clases medias y «están replegándose». «Es comprensible, la tesis del miedo obliga a la gente a replegarse y piden que suban las vallas y los muros, ya sean virtuales o metafóricos». Pero advierte: «Creo que a las élites se les ha ido de las manos». Y cita a Einstein: «Si la educación les parece cara, prueben con la ignorancia». El catedrático de Geografía Humana alerta de que esta situación puede devolver al mundo a «momentos oscuros». «Podemos regresar a los populismos, al nacionalismo económico o la xenofobia. Y es lo que nos pasa en Europa. Puede tener consecuencias imprevisibles».

Para combatir esta amenza del populismo, ambos autores optan por la Unión Europea. Se consideran europeístas e internacionalistas. Pero puntualiza Romero: «La solución pasa por otra Europa. Pero los vientos no soplan en esta dirección. Cuanto más nos alejamos de la Segunda Guerra Mundial más olvidamos por qué construimos este proyecto juntos». Ariño se pregunta: «¿Las fronteras pueden evitar el cambio climático?¿El tráfico de bits?».

¿Hay alternativa?

El libro también plantea la manera de combatir esta secesión de los ricos. ¿Hay alternativa? Para Romero, «hay que empezar por la batalla de las ideas, es la que nos han ganado. Aquellos que queremos un mundo más justo para nuestros hijos y que pensamos que la ideología neoliberal ha fracturado nuestra estructura social pensamos que hay que batallar en las ideas. Ellos plantearon un discurso utópico en los años 60 que se ha convertido en hegemónico». Por su parte, Ariño asegura que el libro es «un arma para esa batalla de las ideas». «Por eso escribimos de desigualdad. Hay muchos estudios sobre la pobreza pero no sobre las élites como este», apunta. Y sentencia: «En La secesión de los ricos existen dos juegos de espejos, vamos a mirar a los ricos y a nosotros mismos. Cómo nosotros legitimamos la desigualdad a través de nuestros comportamiento». «Tratamos de llamar la atención sobre nosotros mismos porque si no inventamos el futuro, nos vendrá dado», concluye.