«La economía española necesita seguir realizando cambios en el sistema de pensiones para afrontar el envejecimiento y asegurar un reparto equitativo entre generaciones de los costes asociados al mismo», afirma Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research. A su juicio,«cuanto más se avance en reformas que aumenten el empleo, la productividad y la eficiencia del sistema de pensiones más manejable será el dilema de elegir entre hacer más pesada la carga sobre las generaciones futuras o converger gradualmente a una generosidad del sistema más sostenible, como ya han hecho los países europeos más avanzados». En la sociedad española y valenciana existe un debate latente que aflora periódicamente en los últimos años y que deberá ser abordado con celeridad y con decisión política por los gobernantes en Madrid mediante el consenso de los partidos con amplia representación parlamentaria. El déficit de la Seguridad Social y la disminución del Fondo de Reserva vuelve a plantearnos qué hacer con el sistema público de pensiones. El experto de BBVA Research subraya que el equilibrio requiere primero eliminar el déficit existente (superior al 1,5% del PIB) y, posteriormente, asegurar que los ingresos y gastos del sistema crecen a largo plazo a la misma tasa, evitando así que surja un déficit estructural.
Sistema de cuentas nocionales
Este economista, autor de diversas publicaciones y catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València tiene claro el camino: «Las últimas reformas han servido para mejorar la sostenibilidad del sistema, pero no son suficientes desde el punto de vista de la eficiencia, transparencia y suficiencia. Estos retos siguen pendientes y cuanto más tardemos en afrontarlos menos gradual y anticipados podrán ser los cambios. Ahora el reto es converger cuanto antes a un sistema de cuentas nocionales o individuales, como ya tienen otros países europeos desde hace décadas». ¿Pero qué es un sistema de cuentas nocionales? Este sistema, sin perder el componente de solidaridad intergeneracional, vincula las prestaciones sociales que recibe el futuro jubilado a las aportaciones realizadas mediante las cuentas nocionales. Por tanto, los trabajadores percibirán una pensión directamente relacionada con las aportaciones que han realizado al sistema a través de sus cotizaciones. De este modo, dos trabajadores cuya trayectoria de cotización sea distinta pero que hayan realizado el mismo nivel de contribuciones percibirán el mismo nivel de pensión, independientemente de si uno de ellos ha cesado laboralmente en los últimos años de vida laboral o de si ha cotizado menos en los años previos a la jubilación. Las cuentas nocionales son cuentas virtuales que se asignan a los trabajadores y donde se van acumulando las cotizaciones que realiza. Una vez alcanzada la edad de jubilación, las prestaciones que percibirá como pensión vitalicia dependerán de los derechos correspondientes al saldo acumulado en su cuenta. ¿Cómo se incorporan más recursos a cada persona para mejorar el día de mañana su jubilación? Entre otras medidas, mediante los planes de pensiones, por tanto, con las aportaciones privadas que hacen los asalariados y sus empresas durante su vida laboral para el futuro. «Sería conveniente crear cuentas individuales de capitalización de adhesión automática, con aportaciones tanto del trabajador como de las empresas en las que fuera trabajando a lo largo de su carrera laboral, independientemente de que la gestión de esas cuentas fuera pública o privada», reflexiona este investigador.
Transparencia
Aunque desde la perspectiva del equilibrio financiero un sistema de cuentas nocionales «sólo resuelva los problemas a largo plazo, sus ventajas en términos de transparencia y cuentas claras para los futuros pensionistas sí serían inmediatos». A diferencia de las cuentas nocionales, el sistema actualmente vigente en España «no proporciona una idea precisa a los futuros pensionistas de cuál es la contribución acumulada a lo largo de su carrera laboral y la pensión anual a la que daría derecho en función de la edad de jubilación y la esperanza de vida». Pocas personas saben que con la cotización del 28,3% de un año de su salario (sumando la aportación de la empresa y del trabajador) «no se financiarían ni tres meses y medio de su futura pensión en valor presente», remarca Rafael Doménech.
Con todo, los cambios en el sistema de pensiones deben realizarse con la máxima transparencia, «para que los trabajadores puedan anticiparse y tomar decisiones con las que compensar los efectos de estas medidas sobre sus futuras pensiones, prolongando su vida laboral, mejorando su formación, aumentando su tasa de actividad e incrementado su ahorro para la jubilación», subraya este experto.
