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Tribuna

La Unión busca la fuerza

El Grupo de contacto de cítricos hispano-franco-italiano, participado por entidades agrarias de estos tres países, se creó el pasado mes de mayo en una reunión mantenida en París. Nuestra producción conjunta supone el 90% del total europeo, lo que da cuenta de la trascendencia para el sector citrícola de las opiniones consensuadas en este foro. Tras esta primera reunión, los participantes del Grupo nos emplazamos a un nuevo encuentro, que se celebró los pasados días 3 y 4 de noviembre en Valencia. El principal tema de debate sobre la mesa fue la evaluación de los efectos que puede tener para el sector el acuerdo entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados del Sur de África ratificado no hace mucho por el Europarlamento. Como se pueden imaginar, la progresiva reducción arancelaria a la llegada de cítricos procedentes de países como Sudáfrica y la flexibilización de los controles en frontera no son medidas que agraden a los productores de cítricos europeos.

El Grupo de contacto acordó reclamar a la Unión Europea medidas compensatorias para paliar los efectos negativos de la entrada en vigor de este acuerdo con la Comunidad de Estados de África del Sur. Asimismo, evidenció el descontento del sector ante la inexistencia de un estudio de impacto previo a la ratificación del acuerdo. Un descontento al que se ha sumado recientemente la conselleria de Agricultura en manifestaciones de la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, durante la celebración del Pleno de Les Corts Valencianes del pasado día 9, cosa que nos alegra.

En materia de sanidad vegetal, la preocupación evidenciada en el transcurso de la reunión del Grupo de contacto es común a los tres países. Los controles que se realizan en frontera a los cítricos procedentes de terceros países son el escudo frente a la posible entrada en la Unión de partidas contaminadas con plagas y enfermedades de las que actualmente estamos libres, que podrían causar estragos en nuestra citricultura caso de afectarnos. Lo hemos dicho muchas veces y lo seguiremos diciendo hasta que nuestra voz sea escuchada como corresponde. El Grupo de contacto es una muestra más de la unión del sector citrícola en busca de la fuerza necesaria para defender con garantías sus intereses ante Bruselas. Desafortunadamente, los oídos de la Unión están puestos en las opiniones discordantes de determinados Estados Miembros y en los cantos de sirena de sus "aliados comerciales". Donde casi nunca están puestos es en la voz de los productores europeos.

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