Las conversaciones con amigos en estos meses de final de año siempre giran en torno al mismo tema: la jubilación. ¿Pero es que en abril no os preocupaba?, les pregunto con sorna. Y es que, efectivamente, cometemos el error de pensar en nuestra jubilación cuando se acerca el final de año porque pensamos en los planes de pensiones como un producto para conseguir beneficios fiscales en lugar de valorarlos realmente por lo que suponen de tranquilidad para el futuro.
Imaginaos „les digo a mis amigos„ que tenéis que renunciar este mes a un 30 %-40 % de vuestra liquidez disponible, y así el mes siguiente y el otro. Haced el ejercicio mental de todo aquello a lo que tendréis que renunciar si prescindís de ese 30 %-40 % de ingresos. Pues bien, esa es la situación a la que tiene que hacer frente hoy una persona cuando se jubila. De pronto, de un mes para otro, tiene que aprender a vivir con una cantidad menor de dinero que la que tiene ahora para vivir ¿No creéis que es un tema lo suficientemente importante como para dedicarle tiempo no solo en otoño?
Efectivamente, la jubilación se merece contar con un buen asesor financiero que nos ayude a planificar y a organizar nuestros ahorros de manera que dejar de trabajar no suponga, además, renunciar a una parte importante de nuestra vida. Y esa planificación no solo debe hacerse teniendo en cuenta los beneficios fiscales de los planes de pensiones.
Ahorro
Esa planificación debe contemplar que, cuanto antes se empiece a ahorrar para la jubilación, menos será el esfuerzo mensual y mayor la posibilidad de rendimientos futuros. También debemos contemplar en nuestra planificación que hay que reservar un porcentaje de nuestros ingresos mensuales para la jubilación, en lugar de hacer una aportación genérica a final de año con la única intención de conseguir la mayor rebaja fiscal.
Y, por último, esa planificación de la que hablamos debe tener en cuenta que el ahorro a largo plazo obtendrá mejores rendimientos a través de la renta variable para luego, a medida que se acerca el momento de retirarnos, movernos a inversiones cada vez más conservadoras a medida que se acerca la hora de la jubilación.
De todos modos, es cierto „y tenemos que alegrarnos de ello„ que ya nadie duda de la necesidad de ahorrar para complementar la jubilación pública; ahora solo falta explicar un poco mejor cómo debe hacerse. Y, sobre todo, que la jubilación no es, ni debe ser, un tema de temporada, sino algo de lo que debemos ocuparnos cuanto antes, aunque sea abril.
