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Entrevista | Carlos Díez de la Lastra

«Valencia tiene que aprovechar el momento para elevar el gasto medio por turista»

El especialista en gestión turística vaticina que el turismo residencial va a notar el impacto del 'brexit' pero no va a haber un efecto dramático

«Valencia tiene que aprovechar el momento para elevar el gasto medio por turista» f. bustamante

¿Qué análisis DAFO le hace a la C. Valenciana como potencia turística?

Creo que no todo el mundo, ni siquiera dentro de la C. Valenciana, es totalmente consciente de la potencia turística actual y la oportunidad de Valencia como destino. Es el quinto destino para los extranjeros (solo detrás de Cataluña, Baleares, Andalucía y Canarias), en un país, que no olvidemos ocupa plaza en el pódium mundial. Por mi posición y liderando una escuela internacional, me he sentado con representantes institucionales y operadores de países que están realizando esfuerzos enormes en planes que pretenden alcanzar cifras de desarrollo más modestas de las que hoy tiene Valencia. Creo que lo primero que necesita Valencia es poner en valor el peso de esta industria y darle la importancia que merece.

Valencia tiene sol y playa y ahora trata de mejorar sus productos urbanos y explotar su entorno natural. ¿Qué recomienda?

Creo que ese movimiento es natural y acertado. Pero no por ello es fácil. En mi opinión, el principal problema de Valencia como industria turística no es de volumen, sino de rentabilidad por turista y perfil del mismo. Valencia es el segundo destino para el turista nacional después de Andalucía. Es un dato positivo, pero también condiciona de forma importante el perfil del turista y por lo tanto de todos los servicios destinados al mismo. Junto a este turista nacional de estancia corta y gasto limitado, nos encontramos un perfil de turista internacional en categorías muy susceptibles de migrar a destinos alternativos equivalentes en el norte de África y este de Europa. Esto debería de captar nuestra atención. Los datos de los últimos años han sido especialmente buenos para toda la comunidad, pero ayudados por factores que pueden no ser permanentes. Aun con esta tendencia tan positiva, tan solo este último año se ha conseguido detener la caída de rentabilidad y volver a un ligero incremento que la sitúa en unos modestos 46? de media. Valencia necesita un plan estratégico que realmente alinee a todos los agentes del sector, tanto públicos como privados, y delinee las pautas de reposicionamiento y búsqueda de ese nuevo perfil de cliente.

Hablando de gestión hotelera, ¿cómo mejorar esa baja rentabilidad?

Como he comentado antes, el perfil de cliente condiciona mucho la expectativa real de gasto por noche. Simplificando mucho, hay dos grandes palancas que se pueden tocar para incrementar ese importe: ofrecer nuevos o mejores servicios al mismo cliente para incentivarle a un mayor gasto o buscar atraer a un nuevo tipo de cliente con mayor predisposición al gasto y valoración de lo que Valencia puede ofrecerle. Otro factor a tener en cuenta, es el momento de aplicar estas políticas encaminadas a recuperar el ingreso medio por turista. Las acciones que pueden influir en la modificación del posicionamiento de un destino, conllevan algunos costes y riesgos muy difíciles de encajar en un periodo de crisis en el sector. La ventana temporal actual es un espacio óptimo, pero no eterno. En mi opinión Valencia tiene que moverse rápido? siempre y cuando tenga claro el destino que desea.

Otro reto es la estacionalidad. ¿Cómo lo han superado otros destinos?

La estacionalidad no deja de ser la otra cara de la moneda de lo que hablamos. Al igual que el gasto medio por turista se puede modificar enriqueciendo el valor al turista actual o buscando nuevos perfiles de turista, con la estacionalidad pasa algo similar. Tenemos destinos en todo el mundo que han optado por políticas muy diversas y algunas muy extremas en uno u otro destino. Hay localidades españolas que han sabido convencer al turista habitual para que la mire y la valore con otros ojos más allá de su perfil vacacional y un ejemplo claro de ello es la ciudad de Málaga, que con empuje político bien dirigido, un plan estratégico claro de apuesta por la cultura y otros ejes distintos al sol y playa y el dinamismo de la inversión privada está rompiendo poco a poco esa estacionalidad.

El tema del crucero genera debate en Valencia. Gasta poco, no se queda a dormir y en pocas horas ese turista da el destino por amortizado. ¿Cómo conseguir que vuelva?

Cierto. Gasta poco y puede que en algún caso pueda generar ese efecto de «amortización» de destino. Pero también genera un flujo de notoriedad y relevancia que puede ser muy valioso para destinos que no ocupan las primeras posiciones en el ideario de viajes del turista medio internacional. Yo creo que la pregunta adecuada en este caso debería ser si el público destino de ese crucero tenía claramente Valencia como destino prioritario en mente antes de conocer y reservar el crucero. Para esos colectivos o emisores en los que esta sencilla cuestión sea respondida claramente con un «no», los cruceros harán una labor extraordinaria.

Tenemos una dependencia importante del turismo británico en la Costa Blanca. Hay mucha expectativa por ver cómo afecta la depreciación de la libra al nivel de gasto ya a partir de esta temporada de invierno en Canarias. ¿Cuál es su vaticinio?

Esta es una cuestión más habituales en los foros hoteleros de los últimos meses. Mi opinión, en cierta forma contrastada, es que no va a tener un efecto dramático, al menos en la velocidad del impacto. Hay dudas de si el alcance podrá ser de un volumen que haga resentirse de forma importante a nuestro turismo, pero lo que cada vez está más claro es que los vaticinios apocalípticos de un rápido deterioro del turismo británico en el país no se van a producir. Lo que parece claro es que aquellos servicios de mayor grado de compromiso y duración, como el turismo residencial, van a notar el impacto. En qué medida se extiende al turista de corta estancia, lo va a marcar la fuerza de esos dos movimientos inversos: la restricción al movimiento de personas y el valor de la moneda.

También existe la tranquilidad de que, pese al impacto, España sigue siendo 'refugio' seguro frente a otros competidores.

No creo que nadie pudiese imaginar hace tan solo un año, que París iba a ser considerado como destino peligroso por algunos perfiles de turista y sin embargo así ha sido. Lo que podemos decir es que hoy en día y mientras se mantengan las circunstancias actuales, España sí actúa como destino refugio respecto a otros competidores. Pero las circunstancias tanto internas como externas están sujetas a variables que no siempre podemos controlar.

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