La startup Kmina ha patentado las primeras muletas del mundo que no causan dolor al utilizarlas. La compañía, que está siendo acelerada en Lanzadera, ha diseñado unas muletas con un apoyo en el antebrazo con treinta grados de inclinación para repartir el peso y un sistema de amortiguación para que no causen dolor al caminar. La firma la han fundado el valenciano Alejandro Vañó y los donostiarras Ignacio Mañero y Jaime Usabiaga. La empresa ha conseguido financiación para su primera remesa de mil muletas „que tienen un coste de 99 euros„ con un sistema de micromecenazgo basado en la preventa a mitad de precio al que han respondido compradores de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y España. Las primeras entregas se van a realizar en marzo. La compañía recibió la semana pasada el premio de la Fundación Caser Dependencia y Sociedad en la categoría de I+D+i.

Ignacio Mañero, fundador y director general de la compañía, explicó que se le ocurrió la idea tras lesionarse en un partido de fútbol y verse obligado a utilizar muletas. «Me dolían mucho las manos y me puse a investigar para ver si encontraba algo útil. Me di cuenta de que en Estados Unidos todavía utilizan el mismo sistema de muletas en las axilas que ya empleaban los egipcios hace 4.000 años. Me lancé a hacer un prototipo de madera y pensé que ese producto podía ser útil para la sociedad», aseguró Mañero.

El responsable de la compañía contactó con el valenciano Alejandro Vañó „que en ese momento trabajaba como economista en la consultora PwC„ y le propuso fundar la empresa. «Él también había tenido problemas tras un accidente y decidió dejar la consultoría. Fuimos con un prototipo a ver al doctor Jaime Usabiaga (traumatólogo y ex jefe de servicio del Hospital Universitario Donostia), le pareció una gran idea, y se sumó como socio fundador». apuntó. La firma comenzó su proceso de aceleración en Destilería de Startups y ahora se acaba de trasladar a Valencia tras ser seleccionada por Lanzadera entre mil solicitudes.

La firma ha probado siete prototipos hasta encontrar el definitivo. La inversión inicial ronda los cien mil euros porque el mayor coste son los moldes para producir en serie las nuevas muletas. La empresa va a fabricar las muletas en España y está negociando con proveedores de plástico de Alicante y de aluminio del País Vasco para que le proporcionen los materiales. Los responsables de Kmina todavía están manteniendo conversaciones para cerrar el fabricante final de las muletas que van a producir en serie.

Ignacio Mañero apuntó que en España hay dos millones de usuarios de muletas, la mayoría personas mayores que necesitan el apoyo para mantener el equilibrio. La compañía está cerrando acuerdos para vender las muletas en ortopedias y también van a distribuirlas en Argentina.

Tras un estudio de mercado, la firma ha comprobado que más del ochenta por ciento de los usuarios de muletas son personas mayores de cincuenta y cinco años. Por este motivo, Kmina ha lanzado un primer modelo para adultos y en el futuro tiene intención de sacar la muleta adaptada a los niños.

En el mercado hay muletas fabricadas con materiales de fibra de carbono que cuestan entre ochenta y 250 euros, pero tienen la estructura tradicional. Las muletas de?«toda la vida» valen entre diez y veinte euros. La compañía ha validado con éxito su producto con usuarios, médicos y traumatólogos. Ahora está cerrando los acuerdos de distribución para comercializar el invento en ortopedias de toda España.