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El sudeste asiático inunda la Unión Europea de arroz

El sudeste asiático inunda la Unión Europea de arroz

Casi dos tercios de la cantidad de arroz importado desde la Unión Europea (UE) cada año desembarca en el Viejo Continente sin pagar ningún tipo de arancel, mientras que el 40 % restante paga sólo unos treinta euros por tonelada, un tributo casi un 90 % inferior respecto al de la última década. Esta situación ha provocado que grandes productores de arroz como son Camboya, Birmania o la India, en clara competencia desleal, saturen los mercados europeos de arroz. Este incremento de las importaciones indiscriminadas de arroz supone una seria amenaza a la continuidad del cultivo en la Unión Europea, donde la Comunitat Valenciana es una de la principales regiones productores.

Andalucía es la primera región arrocera de España. En las marismas de Sevilla y en la comarca gaditana de la Janda se produce el 44 % de todo el arroz que se cosecha en España, y el peso de la producción andaluza va en aumento. Mientras tanto, en la Comunitat Valenciana, el cultivo de este cereal representa entre el 20 % y el 25 % del total de España, cuya producción global asciende a unas 900.000 toneladas anuales.

«Todo menos armas»

Desde que Bruselas adoptó la iniciativa Todo menos armas no han dejado de crecer las compras de este alimentos de países terceros que no pagan aranceles. De hecho, si en 2010 entraban en Europa 10.000 toneladas de arroz a coste cero, en 2016 el volumen de arroz libre de tarifas aduaneras que entró en la Unión Europa alcanzó las 938.000 toneladas, según constata los últimos datos facilitados por la Dirección General de Agricultura de la UE. «Una cantidad excesiva que pesa sobre el mercado y hunde los precios del arroz español y europeo, que no puede competir con países cuya legislación laboral, medioambiental y fitosanitaria es prácticamente inexistente, por lo que tienen unos costes de producción irrisorios», aseguran desde las organizaciones agrarias.

Esta es una de las principales denuncias que se han podido escuchar recientemente en la Puebla del Río (Sevilla), donde Asaja-Sevilla y la Federación de Arroceros de Sevilla han celebrado la XVI Edición del Día del Arroz, encuentro al que ha asistido el responsable sectorial del arroz de AVA-Asaja, Miguel Minguet. En este evento se ha hecho una radiografía de un sector que afronta un futuro con incertidumbres. Según Minguet, la iniciativa Todo menos armas para impulsar la economía local de una amplia región del sudeste asiático castigado por las guerras y la pobreza, lejos de cumplir sus objetivos, «no ha servido para tal fin porque grandes multinacionales europeas y norteamericanas se instalan en este país para poder exportar en condiciones ventajosas. Así las cosas, no se contribuye a mejorar las rentas de los productores autóctonos».

Sin respuestas en Bruselas

La evolución de los mercados, por tanto, está marcado por el incremento constante de las importaciones de arroz de terceros países. Estas entradas se han visto agravadas por la generosidad de la Unión Europea y provocan el hundimiento del precio del arroz comunitario, que sitúa al cultivo por debajo de su límite de rentabilidad. Dirigentes de Asaja ya se han trasladado a Bruselas para pedir a la Comisión Europea que elabore un informe en el que se analice la situación y se indiquen las consecuencias de la concesión Todo menos armas para los arroceros. En ese sentido,quieren limitar las importaciones de terceros países para que se pueda mantener la producción europea de arroz de grano largo.

Según las últimas cotizaciones de ese cereal, el mercado valora en unos 265 euros por toneladas ara el arroz de grano largo (variedad índica) y 288 euros/tn para el arroz de grano redondo (variedad japónica). Por esta razón, desde la Federación de los arroceros españoles se ecomienda a los productores de arroz que «todo el que tenga capacidad de almacenar el grano lo haga y que espere para negociar precios». Las cotizaciones deben mejorar conforme avance la campaña y equipararse o superar a las del año pasado, que estuvieron marcadas en unos valores entorno a 310 euros la tonelada de arroz de grano largo y en 335 euros la tonelada de la variedad japónica.

Estas importaciones masivas de terceros países, básicamente de arroz de grano largo, están provocando también el incremento de la siembra de grano redondo en detrimento del grano largo, volviendo a la situación previa al ingreso de España en la Unión Europea cuando el grano redondo era mayoritario, lo que generó la acumulación de stocks en Europa. Sea como fuere, ante la imposibilidad de buscar cultivos alternativos y pese a la reducción del precio en origen, en España se está mantenido constante la superficie arrocera en las campañas de este último lustro.

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