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La sanidad privada convulsiona en la C. Valenciana

Un nuevo hospital en Valencia; el proceso de venta del principal operador sanitario (Nisa) y el cerco al modelo de colaboración público-privado: el sector redefine sus fronteras en la autonomía

Sergio garcía, gerente de IMED, ante el Hospital de Burjassot. Miguel Ángel Montesinos

Los focos apuntan a la Comunitat Valenciana. La sanidad privada está convulsionando en la autonomía, especialmente en Valencia, donde en los últimos meses convergen los dos grandes vectores que están sacudiendo al sector: concentración empresarial y crisis del sistema de colaboración público-privada. El cambio de gobierno en la Generalitat amenaza la continuidad del modelo Alzira, esto es, las cinco áreas de salud donde el servicio público está gestionado por empresas privadas. La Generalitat ha anunciado el fin de la ´privatización´ de los hospitales, vigila de cerca a la principal empresa del sistema diseñado por el PP hace 20 años, Ribera Salud, y, de paso, amenaza un modelo en que también participan dos de las grandes aseguradoras que operan en España: Sanitas, hoy en manos británicas, y DKV, de capital alemán.

Por otro lado, el mercado de la sanidad privada vuelve a abrirse en Valencia tras casi 25 años sin inaugurar un hospital: la firma alicantina Imed aterriza en Valencia, en el área de influencia del Nou d'Octubre, y estrenará en 2017 un hospital en Burjassot.

Pero, sobre todo, si algo suscita interés es la puja para hacerse con el control accionarial del principal operador privado de la C. Valenciana, Nisa, una operación que ha convertido la capital del Túria en el centro de atención de los grandes actores del sector en España. La sanidad privada está en plena efervescencia y el horizonte es incierto.

Concentración

Valencia, campo de batalla entre

operadores de referencia en España

La venta de Nisa, el grupo hospitalario dominador del mercado autonómico con sus cinco hospitales (y dos más en Madrid y Sevilla), es algo más que un cambio accionarial. Según valoran desde el sector, esta operación «puede cerrar el mercado en las grandes ciudades españolas». En estos momentos, el mercado busca un segundo gran operador. La adquisición de QuirónSalud por parte del alemán Helios Fresenius ha creado un gigante que ha descompensado el mercado. Sus 43 hospitales (Quirón, Fundación Jiménez Díaz, Ruber, Hospital La Luz, Teknon, Dexeus, Policlínica de Gipuzkoa, etc.) y sobre todo su capacidad para negociar tras convertirse en el número uno europeo, convierten a Quirón en temible para las aseguradoras. Cuanto más tamaño, más poder para dictar precio y condiciones de las pólizas, que dan el 65% de los ingresos de un hospital, explican desde la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE).

La situación en la C. Valenciana es diferente. Los grandes operadores en España tienen una presencia muy relativa aquí. Quirón solo cuenta con el centro de Valencia y otro en Torrevieja; Asisa (HLA Hospitales), uno en Alicante; Vithas, dos en Alicante; Sanitas, la gestión del área de salud de Manises, Hospitales Madrid no se ha aventurado...

Nisa creó un dique de contención en Valencia para los grandes operadores. El grupo que tiene su origen en la compra del Consuelo, copó el mercado al montar el 9 d´Octubre, y ha ido creciendo con nuevas apuestas. Hoy tiene el Consuelo, 9 d´Octubre, Valencia al Mar, Aguas Vivas (Carcaixent), el Rey don Jaime de Castelló (donde es el único operador privado), y sendos centros en Sevilla y Madrid. Es un grupo de tamaño considerable, con 160 millones de facturación. Pero su situación es complicada. Acumula unos 90 millones de deuda, los hospitales de Madrid y Sevilla compiten en mercados complicados y su buque insignia, el 9 d´Octubre, ha visto caer el negocio de los partos por la crisis y el descenso de la natalidad, apuntan fuentes del sector.

Vithas es el socio principal de Nisa, pero su peso es nulo. El grupo hospitalario creado hace pocos años por la familia Gallardo (laboratorio Almirall) y la Caixa, tiene un problema: los minoritarios de Nisa controlan el grupo. Vithas posee el 47% pero no le sirve ni para tener un miembro en el consejo. Una inversión improductiva que le impide funcionar en red con sus doce hospitales, incluidos dos en Alicante. Vithas es grupo joven que surgió en 2012 al hacerse con la red hospitalaria de Adeslas y ha ganado cuota en la Costa del Sol, con operaciones como la compra de Xanit o la reciente de clínicas Rincón. Factura 320 millones. Pero su aterrizaje en la C. Valenciana se ha atascado.

Es más que una operación. Comprar Nisa significa dominar Valencia casi en exclusiva y convertirse en operador de referencia en la Comunitat Valenciana. También significa convertirse en el segundo actor de España, donde tras Quirón, que controla 43 centros, aparecen varios grupos con las fuerzas igualadas.

disputa accionarial

Nisa, agente «único» en Valencia y objeto de deseo de Vithas (y casi todos)

Tal vez por los conciertos, la C. Valenciana no es precisamente una de las que tiene más cuota de sanidad privada. Solo un 18% de las camas lo son, la sexta autonomía en números absolutos, por detrás de Canarias o el País Vasco. Y el mayor operador es Nisa. Una compra de esta cadena daría una posición de fuerza a cualquiera de los grandes grupos españoles. Como la presencia de todos ellos es mínima o nula en Valencia, cualquiera que se haga con Nisa gozará de complementareidad geográfica. No competiría consigo mismo. «Si quieres competir a nivel nacional, has de crecer. Y si compras hospitales cerca de tu área natural diluyes tu influencia», explica el economista y exconsejero delegado de Nisa, Enrique Ramírez. Es una ley del mercado.

Eso explicaría el interés despertado por la venta. El grupo Vithas está tratando de cerrar la compra de Nisa, pero se ha encontrado con la oposición de los minoritarios „agrupados bajo la plataforma Accionistas x Nisa„ que intentan conseguir el máximo precio por sus títulos. Vithas tiene el control sobre el 47 % de los accionistas y la plataforma ha logrado la sindicación de entre el 51 y el 52 % con el mandato de cerrar la venta antes del 28 de febrero. Según fuentes cercanas a la operación, han mostrado su interés por adquirir los hospitales de Nisa el grupo Quirónsalud, el madrileño HM Hospitales, que se ha lanzado a crecer en la periferia, concretamente en Galicia, y un grupo inversor australiano.

La última oferta de Vithas es de 22 euros por acción. La propuesta de Vithas no genera problemas de competencia, como sí podría ocurrir en el caso de la de Quironsalud. Vithas y Nisa utilizan un modelo de negocio similar „«puertas abiertas»„, en el que los médicos no están en nómina de la compañía y pagan por utilizar las instalaciones. La plataforma de accionistas intenta cerrar la operación de venta antes del 31 de diciembre y en la fase final de las negociaciones ha impuesto el hermetismo para que una filtración no reviente la venta. Si la venta no se concreta antes del 28 de febrero, los accionistas que se han sindicado tendrán libertad para vender individualmente sus acciones al postor que quieran.

Pese al bloqueo, Vithas mantiene la esperanza de poder culminar la compra de un grupo en el que ya ha invertido 90 millones que no han podido rentabilizar. Una venta de la mayoría a otro grupo les dejaría en una tesitura complicada, un escenario que ni se plantean. «Nuestro proyecto en Nisa y nuestra vocación es de largo plazo», zanja José Luis Pardo, director general.

Apertura del mercado

Imed Valencia, un nuevo operador en la ciudad tras 25 años de mercado cerrado

2017 va a traer un hito en la sanidad privada valenciana. Imed, propiedad de empresarios locales alicantinos, inaugurará en unos meses un nuevo hospital en Burjassot, con 180 camas. El primero que abre en la capital desde 1993. La firma, que tiene sendos hospitales en Benidorm y Elx, abrirá también un nuevo centro en Alicante en 2017, y asalta con este movimiento el mercado de Valencia ciudad. «IMED es un grupo joven, con vocación de expandirse y estar presente en las tres provincias de la Comunitat. Queremos que nuestra área de influencia sea el arco mediterráneo», explica Sergio García, gerente de la compañía.

Su llegada puede impactar sobre el 9 d´Octubre, de Nisa, con el que comparte área de influencia. Y también está provocando trasvase de profesionales. Según ha sabido este diario, Imed está captando a profesionales de la pública, a otros que vienen de conciertos «con problemas», de mutuas y también a alguno de Quirón. Casualidad o no, la llegada de Imed ha coincidido con la renovación de habitaciones del 9 d'Octubre, la ampliación de Casa Salud, y el estreno de nuevas especialidades en Quirón. Los operadores clásicos de la privada en la ciudad se han puesto en guardia.

Fin de las concesiones

El modelo concesional, en el ojo del huracán con las aseguradoras de por medio

La agitación del sector privado coincide con el cerco al que el Consell de Ximo Puig está sometiendo al régimen de conciertos sanitarios. Sanidad ha anunciado la reversión del modelo conforme caduquen las concesiones o, en su defecto, con la reversión mediante el rescate anticipado del capital, como es el caso del hospital Marina Salud. En paralelo, el juez está investigando a Ribera Salud, grupo que gestiona cuatro áreas de salud, por el presunto cobro de comisiones ilegales a través de su central de compras B2B.

Las concesiones han sido la vía de entrada para las aseguradoras al mercado de la C. Valenciana, donde solo Asisa, a través de la marca HLA Hospitales, cuenta con un hospital propio (la Clínica Vistahermosa de Alicante). Pero las experiencias no parecen estar siendo muy positivas. Asisa y Adeslas vendieron a Ribera Salud sus participaciones en los hospitales de Elx, Torrevieja y Alzira, mientras Sanitas y DKV continúan con muchas dudas por el contexto.

BUPA, la aseguradora británica propietaria de Sanitas, que tiene el 100% de la concesión del hospital público de Manises, provisionó 67 millones de euros hace unos meses por el impacto sobre sus resultados del «cambio político» en Valencia y «el cambio de sentimiento» hacia la participación privada en los servicios públicos. «Para que el sistema sea sostenible es necesario que se den unas condiciones de seguridad jurídica que aporten tranquilidad a medio y largo plazo a las empresas concesionarias», valora un portavoz de Sanitas, que reivindica un índice de satisfacción en Manises superior al resto.

La alemana DKV, por su parte, ya trasladó hace tiempo al Consell su intención de deshacerse de su 65% en la concesionaria Marina Salud (hospital de Dénia). En 2015 esta filial le generó unas pérdidas de 3,5 millones. Pero en estos momentos se encuentra a la espera de que una Generalitat sin recursos realice una oferta improbable (ni siquiera se le ha puesto precio).

El futuro de los titulares de las concesiones es incierto. Tras la fallida de la CAM y Bancaixa, Banco Sabadell y Bankia se quedaron con el 50% de Ribera Salud. La firma que preside José Ignacio Goirigolzarri se deshizo de sus participaciones con su venta al grupo norteamericano especializado en sanidad Centene. Las malas relaciones entre Ribera Salud y la administración tiene preocupados a ambos accionistas, que están manteniendo contactos con la consellera de Sanidad, Carmen Montón, para rebajar la tensión.

La incertidumbre alcanza también a las mutuas, que en 2017 verán cómo desaparece de un plumazo la atención a 80.000 empleados públicos que la Generalitat les derivó para gestionar las bajas por accidentes de trabajo. Este servicio, externalizado en 2013, ha podido suponer a las compañías privadas unos cinco millones cada año.

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