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Un temporal que azota la campaña citrícola

Las lluvias intensas y los vientos fuertes dañan 140.000 hectáreas de cultivos en la Comunitat Valenciana, de las que 105.000 corresponden a cítricos, 8.000 a hortalizas y 1.500 a uva de mesa

Campo de cítricos inundado en la Ribera.

El campo valenciano se muere de sed o se ahoga. Los últimos temporales de lluvia y vientos registrados en esta parte final del año han pasado factura a final de año. Los daños son cuantiosos según las organizaciones agrarias y los únicos aspectos positivos hay que buscarlos en explotaciones de viñedo, frutos sector y cereales. La agrupación que preside Cristóbal Aguado, AVA-Asaja, estima que el valor de los desperfectos ocasionados en la agricultura y la ganadería se sitúa en torno a los 172 millones de euros. En el caso de los cítricos, el 40% de la producción de mandarinas de media estación que aún no había sido recolectada se da por perdida en su práctica totalidad como consecuencia del demoledor impacto que están teniendo sobre los frutos fisiopatías como el pixat, provocadas por un exceso persistente de humedad y agua. El valor de esa cosecha de mandarina cuya comercialización va a resultar imposible supera los 50 millones de euros, según AVA-Asaja.

En cuanto a las naranjas, principalmente las navelinas que aún no habían sido recogidas del árbol -alrededor del 30 % de la producción-, así como de las variedades más tardías, cuya recolección prácticamente no se ha iniciado, las pérdidas oscilan en torno a los 40 millones. En el caso del caqui, del 30 % del total de la cosecha que todavía está pendiente de recolección, alrededor del 15 % no podrá ser comercializado por los daños sufridos, lo que supone pérdidas de unos 12 millones para los productores.

Cooperativas agroalimentarias

Vicent Monzó, responsable de la sectorial de seguro agrario de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana y presidente de Engrupo, sostiene que «la campaña de cítricos se ha visto especialmente afectada por los grandes episodios de lluvias registrados durante las últimas semanas, especialmente en el caso de los acaecidos durante la semana pasada». Si bien la primera parte del temporal pudo tener, de haberse quedado ahí, efectos beneficiosos para determinados cultivos (limpieza del arbolado, incremento de los niveles de los acuíferos), la continuación e intensificación del mismo no ha sido una buena noticia», reconoce.

Tras las últimas lluvias se han visto afectadas las mandarinas de media estación o algunas variedades de naranjas tardías, en zonas como La Ribera Alta, La Ribera Baixa o las comarcas de la Plana en la provincia de Castelló. El dirigente cooperativo sostiene que han tenido como consecuencia diferentes fisiopatías «y cabe valorar, en un periodo de tiempo más amplio, si se producen además procesos de asfixia radicular, lo cual agravaría notablemente los daños causados por el temporal».

En otros cultivos, como por ejemplo el caqui, si bien la recolección estaba más avanzada, parte del producto pendiente de ser recolectado se perderá o estará dañado, con las consecuentes pérdidas económicas para los productores. El exceso de humedad y de agua afecta también a otros productos hortofrutícolas en toda la Comunitat Valenciana.

El episodio de lluvias torrenciales ha afectado a unas 140.000 hectáreas de cultivo en toda la autonomía y ha dejado cuantiosos daños en infraestructuras agrarias, según las estimaciones de la Unió de Llauradors. Según la organización agraria que lidera Ramón Mampel, resulta en estos momentos «aventurado y poco riguroso» ofrecer una estimación ya definitiva de las pérdidas porque no se puede ni tan siquiera comprobar la magnitud de los efectos en los campos, pues muchos están inundados y en algunos casos es imposible acceder porque no existen ni caminos. Sin embargo, la cuantía será muy elevada y se prevén centenares de millones de pérdidas de forma directa y otras tantas indirectas.

También destaca, al igual que las otras organizaciones de productores, que los cultivos más afectados son los cítricos, las hortalizas, la uva de mesa, el caqui y el olivar. Existen 105.000 hectáreas de cítricos con afección, cerca de 23.000 de olivos, más de 8.000 de hortalizas y unas 1.500 has de uva de mesa y otras tantas de caqui.

La Unió de Llauradors explica que se puede dar por perdida la cosecha pendiente de recolectar de mandarinas de media estación como la clemenules por afección de «pixat» y el porcentaje de navelinas no recolectadas todavía, o parte de las variedades de naranjas más tardías como la navel, lane-late o navelate que presentan síntomas de aguado.

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