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El campo valenciano

Cuarenta años al lado de los agricultores

La organización consolida su desarrollo y expansión con nuevos servicios y la apuesta por la investigacón

Cristóbal Aguado, en una concentración celebrada en la plaza de la Virgen de Valencia hace una década.

Corría el año convulso de 1977 y España estrenaba un nuevo período de su historia. Entonces un grupo de trece agricultores y ganaderos valencianos no fueron ajenos a este proceso de transformación y al amparo de la Ley Reguladora del Derecho de Asociación Sindical firmaban el acta fundacional de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA). Nombraron como primer presidente a Manuel García Iglesias, ya fallecido. Cuatro décadas después, Cristóbal Aguado, actual mandatario, recuerda que «los tiempos iniciales fueron difíciles porque con escasos medios materiales, un pequeño piso en la calle Justicia, y recursos humanos muy justos había que dotar a los profesionales del sector de una voz propia en el nuevo espacio público que estaba configurándose». El espíritu emprendedor y la juventud, sin duda, suplieron la precariedad de esta organización que a los pocos años comenzó a crecer hasta llegar a lo que hoy representa: 20.000 familias y un millar de entidades de riegos.

En 1983 y en «coherente sintonía con sus planteamientos fundacionales», según sus dirigentes, AVA se integró en la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). En 1984 accedió a la presidencia Vicente Hernández y bajo su mandato la asociación cobró un nuevo impulso. Este carismático dirigente agrario, padre de la exconsellera del ramo Maritina Hernández, fomentó el espíritu asociativo y supo ganar para los profesionales del sector el protagonismo que les correspondía en términos de representación social. Las organizaciones profesionales agrarias de corte reformista y moderado CNAG, CNJA y Ufade „a la que pertenecía AVA„ se fusionaron en 1989 para crear la más importante asociación española del sector agrario, Asaja de la que Hernández ocupó la vicepresidencia. También años más tarde, en 1994, AVA-Asaja se fusionó con el centro provincial de Jóvenes Agricultores de València. «Las dos organizaciones salimos ganando», recuerda Aguado junto con su comité ejecutivo en su actual sede corporativa de la calle Guillem de Castro en la Capital del Túria.

La década de los noventa también fue muy convulsa para el campo valenciano y Hernández protagonizó „incluido un intento de asalto al Palau del Temple, sede de la delegación del Gobierno, entre otras manifestaciones„ sonados actos de protesta en València, Madrid o Bruselas por la falta de rentabilidad, la presión fiscal, las políticas en torno a l gestión del agua o la firma por parte de la Comisión Europea (CE) de acuerdo comerciales con terceros países que generaron problemas al sector . AVA-Asaja supo dar la «batalla» en defensa de los agricultores. En enero de 1997 la asamblea de AVA eligió presidente a Cristóbal Aguado, quien ha protagonizado la etapa de expansión, modernización y diálogo las administraciones públicas. «El ministro [valenciano] Vicente Albero es el único que ha defendido la agricultura mediterránea en España», sostiene Aguado tras haber conocido ya a unos cuantos ministros del ramo.

En estos últimos año AVA ha aumentado los servicios a los profesionales del campo a través de las asociaciones y entidades que están estrechamente vinculadas como AVAM, Avamfar, Fuvama, Asovav, la Asociación de Pozos de Riego, ASFPLANT O PRECVAL, entre otras. Un punto culminante de la entidad presidida ya durante las últimas dos décadas por Aguado, que aspira a ser reelegido en la asamblea del próximo mes de marzo, ha sido la puesta en marcha de la finca Sinyent, una extensión de 25 hectáreas de cultivo dedicadas a la experimentación agraria en un centro pionero en Europa y prácticamente único en su género, donde realiza ensayos con diferentes cultivos, pruebas para conseguir un uso del agua más eficiente y rentable, así como pruebas en la lucha contra plagas y enfermedades.

Con motivo del 40º aniversario de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, rodeado de autoridades políticas, incluida la ministra Isabel García Tejerina, y empresarios, lamentó que el modelo imperante en Bruselas condene al campo valenciano. En su opinión, la llamada Política Agraria Común (PAC), en sus distintas versiones y reformas de los últimos años, ha dado como resultado para nuestra agricultura una falta de rentabilidad galopante motivada por una crisis de precios y cuya consecuencia inmediata no es otra que el paulatino abandono de tierras de cultivo».

No se encuentra el relevo generacional que es imprescindible para garantizar la continuidad del futuro agrario. Sin duda, AVA tiene muchos retos por delante.

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