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Opinión | Tribuna

Invertir o gestionar

La inversión en activos financieros es una alternativa a considerar en la actual situación de los mercados, cuando hablamos de optimizar los ahorros

La inversión en activos financieros es una alternativa a considerar en la actual situación de los mercados, cuando hablamos de optimizar los ahorros. La rentabilidad por dividendo del selectivo español se encuentra en un 4,09 % y la del propio índice en 2017 es del 2,17 %. Por tanto, ante la escasa oferta de productos de inversión/ahorro más tradicionales con mejores rentabilidades, es interesante conocer qué es el mercado de valores, su funcionamiento y posibles operaciones en el mismo. Todo ello sin olvidar el tándem rentabilidad-riesgo presente en este tipo de activos financieros.

La toma de decisiones para la selección de las inversiones no se debe realizar desde el corazón (esta empresa me gusta, es que soy cliente de esta compañía desde hace muchos años?) ya que existen dos técnicas básicas que nos dotarán de información más racional para decantarse por determinados valores.

La primera técnica, denominada top-down, es aquella que tiene su origen en el análisis de la situación económica internacional y escenificar cómo pueden afectar las variables al estudio que hagamos de la empresa en cuestión. Posteriormente, se analiza más en profundidad el estado de la macroeconomía doméstica para detectar qué sectores están teniendo un comportamiento positivo ante esas circunstancias, o incluso, qué sectores han sufrido un excesivo correctivo en precios que ofrecen oportunidades de entrada. Ahora ya sabemos en qué empresas centrarnos porque tenemos claro los sectores. Es tiempo de realizar un análisis de los aspectos fundamentales (financieros y operativos) y establecer un precio objetivo a la acción con la que poder comparar si está cara o no en el mercado.

Por otra parte, está la técnica de bottom-up, en la que el proceso es inverso. Aquí se analizan valores, independientemente de las perspectivas macroeconómicas nacionales e internacionales y sin descartar sectores a priori. Se comienza estudiando el negocio y analizando la valoración de las acciones teniendo en cuenta el riesgo específico; ya que esta variable se verá afectada por la situación financiera, capacidad de aumentar beneficios y dividendos de la compañía. Dos variables que no hay que perder de vista son la volatilidad y la liquidez de la acción.

La elección del método más adecuado para la toma de decisiones será determinada por la tipología de empresa y experiencia previa en la gestión de inversiones. Si se trata de un mercado que muestra una ineficiente formación de precios (por ejemplo: emergentes) será más adecuado el top-down ya que la evolución de las variables macroeconómicas regirá el comportamiento del mercado.

Por otro lado, la técnica bottom-up será más adecuada en zonas más estables en cuanto a fundamentos económicos controlados, centrando el análisis en las propias empresas.

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