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Mentalidad alemana para una compra ecológica

Pello Aizpuru, director general, en la tienda de Gran Vía Marqués del Túria.

La moda de la alimentación saludable que ha comenzado a arraigar en España tiene en los países del centro y el norte de Europa uno de sus focos de irradiación. De allí viene el fenómeno, pero también la inspiración empresarial. «Mi mujer es alemana y somos consumidores de productos bio. Teníamos dificultad para realizar una compra completa de productos ecológicos. Conocíamos bien el mercado alemán, la oferta de allí.Quisimos importar esa idea: crear un súper en España para poder hacer la compra 100% ecológica».

En esa reflexión, señala Pello Aizpuru, están las raíces de este proyecto, Ecorganic,pegado a la tierra. En ella y en la mentalidad alemana de este matrimonio con larga experiencia profesional en Hofmann, la empresa de unos teutones afincados en València que hizo fortuna adaptándose a los nuevos tiempos y convirtiendo el álbum fotográfico de toda la vida en un negocio digital de éxito mundial.

Ecorganic, la primera cadena valenciana de supermercados que vende al 100% productos ecológicos, ha cerrado este 2016 con seis tiendas y un crecimiento exponencial. Las nuevas aperturas de 2016 en Dénia y en el País Vasco les ha hecho crecer un 70% en facturación. Junto con la cadena catalana Veritas son casi un caso único en el mercado español.

España es un gran país productor de ecológico, pero el consumo es muy bajo. Apenas un 1,5/2%, señala Aizpuru, muy lejos del 8% de Alemania y del 10% de Suecia, Suiza o Dinamarca. La política de expansión de la cadena, de alguna forma, está guiada por la búsqueda de ese público europeo, donde el ratio de consumo ecológico supera de la largo la media española. De ahí la apertura cerca de Dénia de un tienda en 2016, buscando la gran bolsa de residentes europeos de la Marina. En pocos días abrirán otra en Benidorm, tratando de replicar ese éxito.

Sin embargo, las grandes cadenas de distribución, que han incorporado corners bio en sus lineales, están extendiendo el consumo al público español. Y también los grandes proveedores, que se han sumado a la tendencia: «Van a hacer que el consumo se normalice», vaticina Aizpuru.

En este nuevo escenario es donde Ecorganic aspira a «competir». Pese al precio medio más elevado de estos productos ecológicos, con casos extremos como el pollo, desde la empresa aseguran que un carro de la compra en su tienda cuesta de media solo entre un 15% y un 20% más. «Nuestra baza es la especialización. Nuestra filosofía es trabajar de forma eficiente, con márgenes ajustados para poder ser competitivos. Hasta ahora el sector trabajaba con márgenes altos. Nosotros queremos competir».

En esa vocación por sacar lo ecológico del «elitismo» y «llegar al mayor público posible», el objetivo de la empresa es ganar volumen. Y profesionalizar un sector, una relación con los proveedores que hasta hace poco era esencialmente informal, explica Aizpuru. «A veces no tenían ni facturas», ilustra. «Al sector le falta escalar. No está aún al nivel de organización de centrales de compra», apunta el empresario.

En cuanto a su modelo de negocio, la idea de Ecorganic es ofrecer al cliente bio todo lo que pueda necesitar sin salir de la tienda, hasta la carne al corte. Además, aplica la filosofía ecologista apostando por el producto kilómetro cero de verdura. «El 90% es producto de cercanía», concluye.

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