Las trabas del Gobierno central y los retrasos de la Conselleria de Medio Ambiente han lastrado el desarrollo de las energías renovables en la Comunitat Valenciana en un momento en el que la Unión Europea presiona para rebajar las emisiones de dióxido de carbono y el tripartito apuesta por cerrar la central nuclear de Cofrentes. Un estudio del diputado nacional de Compromís Ignasi Candela revela que Alemania ha cuadruplicado la potencia de sus plantas fotovoltaicas en los últimos siete años a pesar de la falta de sol frente al parón que se ha producido en la Comunitat Valenciana por las complicaciones administrativas y la política fiscal. La patronal valenciana de las renovables, Avaesen, insiste en que la subasta aprobada por el Gobierno de 3.000 MW de junio abre una gran oportunidad de inversión en energía fotovoltaica que puede estar en peligro por los trámites administrativos por los retrasos en la tramitación de licencias de Medio Ambiente.

La investigación de Ignasi Candela, que ha realizado junto a la economista Elena Pérez Lagüela, revela que Alemania ha pasado de tener una potencia fotovoltaica de 9.923 MW en 2009 a 37.449 en 2014 por la apuesta de las autoridades alemanas por las renovables. En el mismo periodo la potencia desarrollada por España es prácticamente cero por la inseguridad jurídica que ha generado la Administración. El Ejecutivo español ha sacado adelante desde 2010 doce leyes o decretos que ponen todo tipo de trabas al impulso de las energías renovables y limpias. Son recortes en las retribuciones, peajes en el acceso a las redes de transporte, obligación de cofinanciar el déficit de tarifa y el impuesto al sol.

Según los datos recopilados por Candela, alrededor de 45.000 valencianos se han visto golpeados de lleno por esas reformas eléctricas aprobadas por Madrid. En la Comunitat Valenciana hay instaladas 349.000 kW de potencia en un total de 5.559 recintos de energías renovables y cada uno de ellos cuenta de media con al menos un par de inversores o familias.

Ignasi Candela explicó que los estados alemanes han impulsado el desarrollo de las fotovoltaicas con las mismas ayudas que antes se daban en España. «Lo más triste es que se han aprovechado de nuestro potencial y de nuestra tecnología. El problema de fondo son las leyes retroactivas aprobadas por los gobiernos del PSOE y del PP que han desincentivado el desarrollo de las renovables a pesar de sus beneficios», subrayó.

Paralizado por completo

El desarrollo de las energías renovables en la Comunitat Valenciana ha estado completamente paralizado en los últimos tres años salvo alguna instalación de autoconsumo. Según la patronal, en los próximos meses no se van a hacer plantas eólicas pero la Comunitat Valenciana sí que tiene una gran oportunidad para desarrollar parques fotovoltaicos. El problema principal es la burocracia ya que en la Comunitat Valenciana -a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades como Murcia o Castilla la Mancha- se tienen que coordinar las consellerias de Territorio, Medio Ambiente e Industria, lo que provoca problemas de agilidad a pesar de que el Consell asegura que el despliegue de las renovables es una prioridad.

Un segundo gran problema es el bloque del plan eólico por la negativa de algunos promotores a desarrollar los proyectos que les adjudicaron y por los retrasos de las declaraciones de impacto ambiental. El proyecto fue impulsado por el Consell del PP en dos fases en 2001 y 2008 para conseguir en la C. Valenciana una potencia de 2.657,45 megavatios. Un ejemplo es la zona 5 en la que Enel consiguió la autorización para desarrollar 182 MW en seis parques eólicos. El plan fue aprobado provisionalmente en 2006, pero de los seis parques incluidos en la zona tres todavía están pendientes de la declaración de impacto ambiental por parte de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo. En la zona 7, tres parques eólicos tienen declaración de impacto ambiental negativo y en la zona 9 otros cuatro no han superado los requisitos. La conselleria está negociando con las concesionarias Renomar (la eólica de Fernando Roig), Enerfin, Enel, Corporación Acciona Eólica, Acción Eólica de Levante y Enel para que renuncien a sus derechos. Industria confía en tener resuelto antes del verano todos los procedimientos pendientes para resolver en bloque la parálisis del plan eólico que afecta a siete de las quince zonas.

En este contexto de parálisis, el tripartito (PSPV, Compromís y Podemos) ha pedido al Consell que exija al Gobierno el cierre de la central de Cofrentes en 2021. La planta suministra el 37 % de la energía que consumen los valencianos. El Clúster de Energía de la Comunitat Valenciana (CECV) ha advertido esta semana que el cierre «tendría consecuencias muy negativas para el suministro dado que en la actualidad no hay suficiente capacidad de energía renovable. Para sustituir la capacidad de generación de la central de Cofrentes sería necesario duplicar la potencia de generación eólica instalada en la Comunitat Valenciana, lo que es imposible de conseguir de forma inmediata». Además, el clúster advierte de que la potencia de la central «seguirá siendo necesaria para garantizar el suministro eléctrico cuando las condiciones meteorológicas no sean favorables».

La patronal de las energías renovables, primera interesada en el apagón nuclear, también considera que es «absurdo» cerrar la central de Cofrentes sin una alternativa. Avaesen insiste en que no tiene sentido cerrar fuentes de generación que no emiten dióxido de carbono sin un desarrollo alternativo de las energías renovables.

Marcos J. Lacruz, presidente de Avaesen, lamentó que a pesar del potencial de la Comunitat Valenciana las renovables solo representan el 14 % del total de producción de energía frente al 17 % del resto de España. «Los principales fabricantes nacionales de placas fotovoltaicas y las principales multinacionales de Reino Unido y Japón tienen su sede en la Comunitat Valenciana. Somos un referente en la fabricación de tecnología para renovables con 250 empresas que emplean a 1.200 trabajadores y la mayoría se han visto obligadas a trabajar para el exterior», lamentó Lacruz. El presidente de Avaesen incidió en que la Generalitat «se tiene que poner la pilas» para no perder este tren.