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Opinión | Tribuna

Empresas y otros retos de crecimiento sostenible

La adaptación de la Industria, las empresas que la integran, las personas y desde ellas, las propias ciudades y los gobiernos a los nuevos ecosistemas, implica asumir cambios de los que dependerá la resolución de dos retos esenciales: la digitalización y el cambio climático

La adaptación de la Industria, las empresas que la integran, las personas y desde ellas, las propias ciudades y los gobiernos a los nuevos ecosistemas, implica asumir cambios de los que dependerá la resolución de dos retos esenciales: la digitalización y el cambio climático. La digitalización es ahora la llave y clave de la competitividad y a la vez, un camino eficaz para incrementar la habilidad de las empresas, permitiendo que jueguen un papel más destacado en los mercados internacionales y puedan aplicar las nuevas tecnologías para ganar competitividad, acelerar su modelo de negocio y tener acceso a nuevos mercados y actividades. Lo contrario supone un retraso imperdonable para la supervivencia de estas empresas que se quedarían fuera de los mercados. La era digital ha creado nuevas posibilidades para que las empresas puedan alcanzar satisfactoriamente el ritmo de los cambios y rentabilizar sus oportunidades. Esta es una asignatura pendiente, como pudo verse durante el ciclo Industria 4.0 organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana, donde comprobamos como las áreas más tradicionales de fabricación y servicios (construcción, agro industria, parte del sector textil y otros sectores), continúan estando detrás de la transformación digital. Simplificando, la visión de España como país que ocupa el puesto 14 por volumen de PIB y el puesto 45 en el desarrollo de digitalización a nivel mundial debe hacernos pensar.

El agotamiento de los recursos energéticos fósiles ya no es noticia. Ni siquiera es ya el eje del problema, pues resulta esencial asumir un cambio hacia modelos energéticos más sostenibles que eviten la destrucción del planeta. La necesidad de modificar nuestros formatos de consumo energético, tanto a nivel personal como empresarial, resulta apremiante y plantea cambios que generarán nuevos escenarios que han de ser asumidos como una oportunidad. Nadie niega los efectos del cambio climático. Es un hecho que desconocemos las consecuencias, pero hemos de tomar partido cuanto antes e introducir los cambios necesarios que permitan continuar desarrollando nuestra actividad, de forma más acorde con elentorno. El cambio hacia un nuevo modelo energético es necesario pues el actual ya no es viable y compromete la supervivencia del planeta. Y es ahí donde la Industria tiene mucho que decir y por supuesto, también las empresas, que representan el motor de la economía, junto a los Estados y las personas. Caminamos hacia nuevos escenarios que contemplan los cambios profundos que se sucederán durante los próximos años y décadas, con reformas ambiciosas cuyas transformaciones han de ser asumidas como oportunidades por parte de los gobiernos. Estos nuevos escenarios y los cambios que conllevan serán verdaderos motores en la generación de empleo, como lo son en el entorno tecnológico de la Industria conectada.

Con el tiempo, y no demasiado, tendremos que rediseñar nuestros sistema de producción, logística y almacenaje, utilizar tecnologías y energías limpias, reducir nuestra huella de carbono y hacer un uso responsable de los residuos y el reciclaje. Animo a nuestra administración autonómica, la Generalitat, y a los ayuntamientos a ensayar fórmulas imaginativas que cumpliendo con la legalidad vigente, garantizando la seguridad de las personas y los bienes, y preservando el medio ambiente, agilicen todos aquellos trámites que son de su competencia. Todos ellos deben saber y ser conscientes que la falta de eficiencia en este cometido tiene un precio muy alto: dificultar la creación de empleo.

El paro, auténtica tragedia para muchos de nuestros conciudadanos se puede reducir agilizando gran cantidad de solicitud de trámites que se dilatan en el tiempo. Somos conscientes de dónde venimos: una administración con plantillas diezmadas por el vaciado de funcionarios que las exigencias de la crisis ha ocasionado. Precisamente por ello, cobran valor actuaciones como la llevada a cabo por Elena Cebrián, consellera de Agricultura y Medio Ambiente abriéndose a la colaboración con los colegios profesionales en la concesión de licencias de actividad integrada, que por cierto podría ampliarse a otras como la declaración de impacto ambiental cuya lentitud en su aprobación está ralentizando la instalación de plantas de generación de energía renovable, tan necesarias para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Y en otro ámbito estamos a la espera de una modificación de un texto legal que tiene sobre su mesa el director general de emergencias Josep María Ángel Batalla y que facilitaría enormemente la colaboración entre los ayuntamientos y los colegios profesionales en la concesión de licencias de actividad y obra.

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