José Antonio Madrigal (València, 1975) es uno de los bróker más cotizados del mercado. Desde que a los 17 años comenzara a interesarse por el mundo de la bolsa y a los 23 empezara a gestionar fondos, este autodidacta se ha convertido en uno de los gestores más exitosos: en 2013 recibió el premio IAIR como mejor gestor de riesgos del mundo, como jefe de estrategia del fondo MGM International Fund. Madrigal acaba de publicar «El pequeño libro de la inversión en bolsa» (Alienta editorial, 2017), en el que recoge su metodología de inversión a través de 101 consejos. Como resumen, el experto lanza cinco claves:
1. Hay que ser buena persona. «Porque la mayoría somos ególatras. Nos gusta tener razón. La clave de la bolsa es que cuando te has equivocado hay que aceptarlo rápidamente. No pasa nada por decirlo. En la vida hay que saber decir ‘lo siento’. En la vida es bueno y en la bolsa, mejor. Nadie acepta que la acción baje. Y piensa: ‘Ya se recuperará’. El Popular lleva bajando desde los 32 euros y ahora vale cero y pico. Si una persona se aferra al ‘ya se recuperará’ probablemente perderá todo su dinero. Hay que ser claro, saber que somos humanos».
2. Hay que comprar acciones en máximos históricos. «Las estadísticas dicen que en Europa hay un 5% de la gente que gana dinero cada año y en EE UU un 2%. Cuando un acción toca máximos históricos todos los que están dentro están ganando. Da igual que la comprara hace una hora, dos días o dos años. No hay ningún signo negativo en esa acción. Normalmente una acción en máximos tiene una expectativa de futura tremenda. Todos vemos como Inditex, algo entendible para todos, ha pasado de valer 4 euros a valer 30 por acción. Pero si echamos la vista atrás los últimos años todos hemos visto cómo en cada centro comercial se situaba en la mejor esquina, cómo estaba creciendo. Y en bolsa, en máximos históricos. Al mismo tiempo, vemos cómo los bancos están cerrando sucursales, y lo que hace en bolsa es caer, caer y caer. Los mejores bancos aún tienen que subir un 100% para estar donde estaban hace diez años. Bankia ha bajado un 97 %; el Popular, un 98%».
3. No tengas acciones en tu cartera sin haber colocado stops. «Un stop es una orden que nos asegura que podemos vender cuando la acción baje de un determinado precio. Por ejemplo, imaginemos que compramos una acción a diez euros, pues decimos: si baja de 9 la quiero vender. Eso significa que ya no la quiero, que ya no va a hacia arriba. No poner stops es un suicidio económico, estás aceptando que las acciones bajen a cero. Cualquiera que compre acciones inmediatamente tiene que poner un stop. Y tiene que poner un stop mas allá del movimiento normal de la acción. Si cada día o semana se mueve cincuenta céntimos no puedo poner el stop por encima de 9,50. Hay que poner un stop donde cambia la tendencia».
4. Hay que diversificar los riesgos. «No podemos tener todos los huevos en la misma cesta. Esto ya lo hemos oído miles de veces. Vamos a comprar acciones de diferentes sectores: una petrolera, una farmacéutica, una textil, una de alimentación, una tecnológica, acciones de robótica, por ejemplo. No hay que tener todas las acciones en el mismo sector. Porque si reventara, tendríamos un problema. Aunque haya un sector bueno es preferible buscar los dos, tres, cuatro sectores que lo están haciendo mejor y aunque ganemos menos, al menos estamos diversificando los riesgos por su hubiera una burbuja. También hay que diversificar por países, y más con la suerte que tenemos de estar en la zona euro. Comprar todas las acciones en España es un error. Si ocurre cualquier acontecimiento extraño es un problema. Es mucho más preferible tener una en España, Italia, Alemania... Y si alguien sabe hacer cobertura, sería preferible comprar acciones en la bolsa americana, que está en máximos históricos y lo va a estar mucho tiempo muy probablemente. Alguna en Asia e incluso Australia».
5. No nos fiemos de lo que diga una agencia de calificación. «Más que nada porque son entidades privadas. Tres de ellas tienen el 90% del mercado mundial y los dueños son los propios fondos de inversión y los propios bancos. Vamos a imaginar que un fondo es dueño de una agencia de calificación, y esa misma agencia de calificación sabe que una compañía va a quebrar. Antes de hacerlo público habrán tomado posiciones en sus fondos respectivos. Los dueños van antes que nosotros. Y no nos fiemos tampoco porque hay que saber que cuando Lehman Brothers quiebra tres días antes tenía una calificación de triple a; y también pasó con Enron. ¿Para qué? Para que ellos pudieran vender sus acciones. Si van diciendo que no vale nada, no va a haber nadie que los compre. Lo mismo que cuando dicen que un país está mal, ya tomaron posiciones antes. No solo no hay que hacer caso a lo que diga una agencia sino a ningún analista que diga que la semana que viene una empresa va a subir. Por eso hay que tener colocados los stops y comprar acciones buenas porque mañana puede haber una catástrofe natural, un rumor de un tonto que pueda tirar la acción abajo. Y la empresa puede decir: ‘He engañado’, como el caso de Volkswagen, o mañana simplemente puede haber un atentado y todo lo previsto cambia. No hagamos caso a nadie. Seamos dueños de nuestro destino en la Bolsa, compremos las acciones que merecen la pena. El resumen es el siguiente: vamos a comprar acciones buenas; si las acciones van bien vamos a ir subiendo el stop; si van mal, que me salte el stop; no compremos todo en el mismo país ni sector, y vamos a ser autónomos y a aceptar la verdad: si la acción que compramos se va hacia abajo vamos a vender», concluye Madrigal.
