Tras la puesta en marcha en 2014 del parque de West of Duddon Sands, en el mar de Irlanda, la compañía se «doctora» definitivamente en el proyecto Wikinger dispuesta a captar nuevos contratos en el emergente negocio de la eólica marina, de gran desarrollo en países como Alemania o el Reino Unido, entre otros.
El pasado martes, Iberdrola anunciaba su entrada a través de su filial estadounidense Avangrid en el proyecto eólico marino «Vineyard Wind», a unas 15 millas de uno de los más elitistas lugares de veraneo del mundo: la isla de Martha´s Vineyard. Será, dice la compañía, el primer parque eólico marino de Estados Unidos y el inicio de su construcción está previsto para 2020.
Además, Iberdrola tiene adjudicados los derechos para construir parques eólicos marinos en Kitty Hawk, frente a la costa de Carolina del Norte (hasta 1.486 MW); preve iniciar este mismo año el parque eólico de East Anglia One, de 714 MW en Hull (noreste de Inglaterra), con posibilidad de ampliar a 2.000 MW y el de Saint Brieuc (496 MW) en Francia.