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Daniel Marco: «La feria del mueble tiene que recuperar el liderazgo»

El nuevo director del certamen reconoce que la feria «no volverá a ser lo que fue porque el sector ha cambiado», pero quiere recuperar protagonismo

­ Daniel Marco aterrizó en Feria València en 2000. Tras una trayectoria como director del sector del Bricolaje, subdirector de Iluminación, primer director de Forinvest, subdirector de la feria de la Joyería, y una etapa en la Generalitat como secretario autonómico de Turismo y Comercio, este año debuta como director de la feria del Hábitat. El emblemático certamen del mueble, uno de los históricos del recinto, trata de recuperar prestigio tras unos años agrupado con Cevisama para cobijarse ante la crisis. En septiembre vuelve a su calendario tradicional y en solitario.

¿Qué ha supuesto históricamente la feria del Mueble para Feria València?

La feria del mueble de València tiene un historia muy importante, 55 ediciones ya celebradas. Todos lo sabemos: hasta hace unos años era uno de los referentes mundiales del hábitat y ha tenido importancia en la configuración del sector y su nivel de exportación.

¿Cómo ha afectado la crisis al certamen? Se calcula una destrucción de cuatro mil empresas en España.

Los datos que barajamos del certamen ofrecen su máximo tamaño en 2008, el más potente nunca hecho, en número de expositores, tamaño y visitantes. La crisis afectó a las empresas y el certamen lo acusó mucho. Desde 2012 se tomo la decisión de unirlo con Cevisama para capear la crisis. La cita de febrero unía las dos ofertas para arropar a las empresas y aprovechar ese comprador en común: el arquitecto, el prescriptor. Ese planteamiento de crisis duró hasta 2016, cuando la feria tuvo el tamaño mínimo que ha tenido nunca. Para 2017 hemos tomado la decisión de volver a las fechas naturales. Planteamos una edición que será cuatro veces mayor.

¿En qué momento se encuentra ahora mismo el certamen? ¿Volverá algún día a esos 150.000 metros de los años del boom inmobiliario, a las listas de espera para encontrar stand?

El de 2017 es un proyecto nuevo. Tiene la responsablidad de contar con el gran historial de la feria del mueble de València. Este año habrá 300 expositores que cuadruplicarán la edición anterior. Todo en torno al hábitat, mueble, decoración e iluminación, sin el azulejo como compañero de viaje. Septiembre es su fecha natural. En el primer semestre, se celebran las grandes citas del calendario europeo: Colonia, Milán. Nosotros siempre hemos sido la primera del segundo semestre. No buscamos ser lo que fuimos sino adaptarnos a los parámetros actuales del sector. Volver a ganar tamaño. El primer paso es el de triplicar el año anterior, ser una feria de 2017. El certamen nunca volverá a ser lo que fue. El sector ha cambiado y también su dinámica comercial, pero puede volver a alcanzar un tamaño muy importante en el calendario de Feria València.

¿Cuáles son esos cambios en la dinámica comercial?

El sector antes tenía una feria hegemónica y un canal de distribución muy marcado. Ahora las empresas se dirigen a distintos canales: equipamiento (ventas vinculado a equipamiento de hoteles); mercado nacional, que sigue siendo la vía más importante, el canal tradicional, la tienda. Pero hay nuevos competidores y se requiere una oferta segmentada, reordenar el canal, y una de las grandes bazas de València es la exportación. Seguimos siendo una de las ferias con más poder de tracción del mundo en comprador internacional.

¿Cree que fue un error incluirla dentro de Cevisama, donde podía quedar invisibilizada, o era la única salida ante la debilidad del sector por el hundimiento del mercado doméstico?

No hablaría de errores sino de medidas tomadas con un porqué. En 2012 el sector estaba tocado y la feria necesitaba redefinirse. Esos años se reforzó la captación de compradores. Se hizo de menor tamaño pero más enfocada a la exportación y el contract y ahora el planteamiento es más ambicioso. Busca esos tres canales. Fue una medida de choque contra la coyuntura.

¿Qué papel juega hoy en España este certamen?

Dentro de España han surgido ferias en torno al hábitat, alguna destinada a nichos concretos: contract, ferias para el canal comercial, ferias regionales... Eso ha fragmentado el mercado ferial. Feria València sigue siendo uno de los referentes pero tiene que volver a conquistar el liderazgo.

¿Le ha hecho daño la competencia de la feria del mueble de Zaragoza, con cien mil metros cuadrados de exposición?

La feria de Zaragoza es uno de los operadores que juega fuerte. Es bienal. Pero el tipo de cliente en hábitat es distinto. El nivel de producto que se puede encontrar allí o en València difiere; nos solapamos en algunos clientes, pero es un segmento distinto.

¿Qué espera de las administración pública? Creo que se ha pedido a Ivace un esfuerzo importante para captar la atención de los países que pueden ser destino pero en los que hay desconocimiento.

La administración se está volcando con el proyecto y estamos trabajando con la Conselleria de Economia. Nos hemos reunido a todos los niveles y estamos con una relación muy estrecha de coordinación. Nos han ofrecido su apoyo a nivel internacional. El Ivace nos va a ayudar a traer misiones de compradores internacionales a visitar la feria. Es la estrategia de otras ediciones pero cambia la intensidad, es un apoyo muy importante. La predisposición del Gobierno es la mejor.

¿Qué papel juega la feria en el mercado internacional del mueble valenciano, que se ha convertido en un refugio?

El sector exterior para cualquier mercado tradicional es importantísimo. Siempre hemos querido ser una ventana para la exportación. Siempre hemos cumplido con la obligación de aportar clientes extranjeros. Queremos que sea la edición más potente de comprador extranjero. Con el apoyo del Icex, el Consell y Feria se va a invitar al máximo número de compradores desde 2008. Hay varias campañas en marcha. A nivel nacional, estamos invitando a tiendas. También hay una campaña para el mercado europeo (inglés, alemán, Países Bajos, escandinavo) y una última campaña más ambiciosa para el norte de África, Oriente Medio, Rusia y países del Este, Estados Unidos y Latinoamérica.

¿Teme el efecto del bréxit o de Trump?

Las inquietudes a nivel internacional siempre son malas pero para eso está la estrategia de internacionalización, en diversificar. Si vemos que hay mercados en riesgo, potenciamos los que pueden desarrollarse mejor. Hay que saber apostar cada año por los mercados más importantes en el corto plazo.

¿Y a Ikea, le teme?

El sector se ha redimensionado por muchos factores. La única defensa de las empresas es el diseño y la calidad. Son atributos que cada vez el consumidor aprecia más porque los fabricantes son capaces de ofrecer un mueble mejor a un precio muy competitivo. Las aguas están volviendo a su cauce y cada vez es mayor el porcentaje que vende mueble de calidad.

¿Cree que el mueble valenciano, tan volcado en lo clásico, se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos?

Actualmente lo que percibo es una apuesta por el diseño a todos los niveles, tanto en producto clásico, como alta decoración, como en mueble moderno de tendencia. Seguimos siendo líderes en España en el segmento clásico pero han surgido líderes a niveles de diseño como Actiu, Andreu World o Point que apuestan por diseñadores de renombre mundial y van a estar todas en València.

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