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El reportaje

La muerte, un negocio en muchas manos

El sector funerario, que esta semana ha celebrado en València su gran feria, mueve en España unos 1.500 millones de euros al año, pero solo 41 de las 1.435 empresas que operan facturan por encima de los cinco millones de euros

La muerte, un negocio en muchas manos

El año 2015 fue un ejercicio excepcionalmente bueno para las empresas funerarias. En España murieron 30.000 personas más de las que lo venían haciendo de media en los años precedentes. Suena macabro, sin duda, pero es la vida misma. Se contabilizaron 422.276 defunciones, según los últimos datos disponibles por la patronal sectorial Panasef, que augura que 2016 será un año normal, con aproximadamente 390.000 fallecimientos y, en consecuencia, de entierros. Del total de 2015, 44.351 eran residentes en la Comunitat Valenciana. Las firmas de servicios funerarios facturaron en ese año casi 1.500 millones de euros. Ese pastel se lo reparten 1.435 empresas, si bien solo 41 tienen unas ventas superiores a los cinco millones de euros. Por tanto, se trata de un sector todavía muy atomizado.

De hecho, 522 de esos operadores están en la franja de facturación de hasta 200.000 euros, aunque la media se queda en 150.000. Hay otros 724 que figuran en una horquilla de entre 200.000 y un millón de euros, aunque las ventas medias en este caso se quedan en 300.000 euros. Otras 148 están entre uno y cinco millones, con tres millones de media. Las cinco más grandes de esta actividad, las que superan los 50 millones -con una media de 65 millones-, acaparan el 20,28 % del mercado, un porcentaje que está por encima del 18,44 % que suman las 1.246 cuyas ventas están por debajo del millón de euros.

A pesar de este predominio de las pequeñas empresas, Miguel Escorihuela, presidente de Funermostra, el certamen de servicios funerarios celebrado esta semana en Feria Valencia, asegura que el sector ha entrado en una fase de lenta concentración, fundamentalmente porque las grandes empresas están comprando pequeñas firmas familiares donde los hijos, con estudios universitarios, han decidido no seguir en el negocio de sus progenitores. Escorihuela añadió que el negocio «es rentable, pero no deja mucho beneficio», dado que buena parte de los costes de un entierro corresponden al nicho, el féretro y distintos complementos, con lo que las intermediarias solo ganan por el servicio completo que ofrecen, pero no por los productos. El presidente de Funermostra indicó también que durante la crisis se produjo una reducción en los gastos de entierro por parte de las familias, pero no fue drástico porque un 60 % de ellas tiene pólizas de deceso que cubren el servicio en su totalidad.

Los datos de Panasef ponen de relieve que en la Comunitat existen 231 instalaciones funerarias, lo que la convierte en la quinta autonomía con más tanatorios y velatorios del país, donde hay 2.405 de estos centros. En España también hay 364 hornos crematorios, que tienen una capacidad de 1.456 incineraciones al día, si bien la demanda se queda en 419. Y es que las cremaciones representan el 35 % del total, aunque la citada organización augura que llegarán al 60 % en 2025. Las firmas de servicios funerarios emplean a 11.305 personas, de las cuales el 28 % son mujeres.

Funermostra, que ha sido inaugurada por el conseller de Economía, Rafael Climent, acoge a 110 expositores y marcas, un 30 % más que la edición anterior de 2015, procedentes de España, Alemania, Belice, China, Estados Unidos, India, Italia, México, Países Bajos y Portugal.

La feria ocupa más de 4.200 metros cuadrados del pabellón 2 de Feria Valencia y permanecerá abierta hasta el próximo viernes.

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