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La empresa

Artesanos de la decoración

La empresa valenciana H2of, con más de dos décadas de trayectoria en el mundo del montaje de eventos y el diseño, diversifica actividad hacia negocios sostenibles

Artesanos de la decoración

«Los valencianos somos constructores natos de montajes efímeros. Eso son las Fallas. En Hollywood ya había valencianos montando decorados, porque somos muy buenos utilizando madera». Así explica Ángel Aguadé la singularidad de su empresa y del sector al que pertenece. H2of -el signo químico del agua y la preposición que en inglés significa de (o sea aguade)- echó a andar hace dos décadas como una firma de montaje de decorados y stands y con el paso de los años ha ido diversificando sus intereses hasta penetrar en el negocio de la restauración, la venta de bicicletas urbanas y la reforma de casas con solera de l´Horta Nord. Un recorrido con muchas curvas que el fundador y propietario del proyecto observa desde la premisa del trabajo artesanal, al que cree que hay que volver con la ayuda de las nuevas tecnologías.

Ángel Aguadé no se formó para ser empresario. Más bien, un técnico. O un creativo. Tras estudiar diseño industrial e ilustración publicitaria en la Escuela Superior de Diseño de València, inicia en 1984 sus pasos profesionales trabajando para la agencia MacDiego. Durante la próxima década compagina este empleo con diversas iniciativas en sociedad con otras personas, en especial la fundación del Teatro Trapeci con Enrique Belloch y, con Rafael Janone, «montamos una nave en la avenida del Puerto para trabajar con decorados destinados al mundo industrial y publicitario», como bares, discotecas, cine o restaurantes. En aquellos años firman trabajos como la reforma de Barraca o el montaje del bar El Mosquito. A mediados de los noventa, Janone se reorienta hacia el mundo del cine y Aguadé, hacia el empresarial. Entonces crea H2of. En los inicios, la firma se dedica a realizar subcontratos para agencias de publicidad como la citada MacDiego, Canal Idea, Estudio Paco Bascuñán, Engloba o Publips, «primero dándoles servicio a ellos y luego ya cogiendo nuestros propios clientes directos», entre los que se llegaron a contar Llanera, Tejas Borja, Bancaja o Famosa. Montaje de stands, exposiciones y tiendas desde la óptica del diseño y la decoración y con la vista puesta en proyectos de imagen global, porque «somos comunicadores visuales a través del espacio» en tres dimensiones, son las premisas de un negocio que ha incluido al ayuntamiento de València, la imagen exterior durante dos décadas de Cinema Jove, la decoración de tiendas de franquicias o la creación de muebles para el gerundense Celler de Can Roca.

Y es que H2of, además de diseñar, fabrica en una nave de Bonrepós todos los elementos integrados en sus montajes, desde muebles hasta carteles, con todos los materiales que intervienen en la decoración: plástico, madera, acero, cristal.

En los últimos tiempos, Aguadé ha iniciado el camino de la diversificación del negocio con la entrada en otros sectores. Siempre en actividades sostenibles y ecológicas como la restauración, la movilidad y la inmobiliaria. Así, junto a Diego Laso, ha montado el restaurante de cocina japonesa Momiji. Asimismo, puso en marcha hace dos años una tienda de bicicletas urbanas -Vellabici- en la que Aguadé está diseñando una línea propia de bicis eléctricas. También está invirtiendo en casas con solera de l´Horta Nord -en estos momentos, tiene cinco en cartera- que primero reforma con el propósito posterior de vender o alquiler. Por último, H2of, con una plantilla de 17 personas incluyendo todos los negocios, tiene entremanos un proyecto para «camperización de furgonetas» (decorarlas para vivir en ellas), junto a un socio alemán: «Ellos suministran las piezas y nosotros hacemos los muebles».

Aguadé asegura que la empresa ha sorteado no sin cierto sufrimiento la crisis gracias a que, cuando se inició, ya participaba en montajes internacionales y estaba saneada. De hecho, afirma que la caída de negocio de Feria Valencia redujo en un 90 % -de 200 a 20- el número de empresas valencianas que operaban en este sector. Se salvaron las que «salieron al exterior y a Madrid y Barcelona». También en los servicios la internacionalización ha sido un salvavidas.

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