Xylella fastidiosa, HLB o Greeening de los cítricos, Cancro? son algunos de los nombres que nos van sonando últimamente -y por desgracia cada vez más- acerca de enfermedades muy devastadoras y que en el caso de entrar en nuestro territorio podrían originar una auténtica catástrofe en el campo valenciano. El problema es que en muchos de esos casos no se han hecho bien las cosas y el riesgo de entrada es cada vez más grave conforme pasa el tiempo. La Xylella ya la tenemos presente en las islas Baleares y el insecto Trioza erytreae, la psila africana que actúa como vector portador de la más temida enfermedad de los cítricos, conocida como Huangglongbing (HLB) o Greening, se encuentra expandido por Galicia y Portugal.
Hace tiempo que venimos diciendo por ejemplo que en Baleares, por mucho que duela decirlo, debería haber habido erradicación e indemnizaciones para los afectados, aunque desde algunas instancias se nos ha acusado de fatalistas. La desgracia sería ahora que entrara en comunidades autónomas con grandes producciones de árboles susceptibles de propagarse esas enfermedades. Si alguna Administración lo hace mal o no actúa convenientemente, debería pagar por ello.
Esta misma semana hemos conocido informes basados en dos auditorías realizadas por la CE, en el que por resumirlo de forma breve se desprende que las autoridades de Galicia y Portugal se resignan ya a renunciar a la erradicación y se limitan a tratar de contener la expansión del insecto Trioza erytreae, la psila africana. El vector ya está a menos de 500 kilómetros de la zona citrícola del Algarve portugués y de las plantaciones de Huelva. Las visitas realizadas por los funcionarios de la DG de Salud y de Seguridad Alimentaria constataron, con todo, que la bacteria del HLB o su otro vector conocido no se encuentra por el momento en ninguno de los dos territorios.
Desde La Unió exigimos mayor responsabilidad y dotación de medios para los Servicios de Sanidad Vegetal de ambas demarcaciones en tanto, a la luz del análisis efectuado, se constata que parecen ser incapaces de frenar la propagación del insecto; pero también de otras zonas. Y reclamamos una mayor sensibilización de la ciudadanía o incluso cambios regulatorios para forzar que los obligados tratamientos y las podas del material afectado sean efectivamente realizados en los jardines de particulares, donde se ha localizado la mayor parte de los casos de esta plaga.
De no frenar su rápida expansión, la entrada de este insecto en las zonas productivas de la Comunitat Valenciana, Andalucía, Murcia o Cataluña podría suponer una catástrofe porque en sólo unos años llegaría la bacteria, lo que supondría la muerte masiva del arbolado. Es sólo de momento un aviso a navegantes y más vale que ahí se quede.
