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El motor financiero de Cheste

Rafael Lozano recibe el premio de manos de Julio Monreal, director de Levante-EMV. f. b.

Es ya un lugar común: el crédito es la sangre que corre por las venas de la economía. Así que la Caja Rural de Cheste ha sido un motor capital en el desarrollo de esta localidad de la Hoya de Buñol. «Tuvo un papel fundamental en el paso de una economía agraria a otra más diversificada», aseguró el pasado jueves el alcalde de este municipio, José Morell, durante el acto de entrega a la cooperativa de crédito del premio Portada del Mes que entrega Levante-El Mercantil Valenciano. El galardón, correspondiente al pasado marzo, distingue en esta ocasión a la Caja Rural de Cheste, una entidad fundada en 1917 y que, como destacó su presidente, Rafael Lozano, «ha pasado por todo en estos cien años, por lo bueno y por lo malo», desde las tres grandes crisis económicas a las dos guerras mundiales o la civil española, «y lo hemos superado todo porque nos hemos sabido adaptar a las situaciones que se nos venían encima».

La última crisis financiera se llevó por delante a casi todo el sistema bancario valenciano y propició una concentración inusitada en el sector. Muchas pequeñas cooperativas de crédito de la autonomía -casi dos decenas- decidieron integrarse en el grupo cooperativo Cajamar, donde mutualizan beneficios y pérdidas y mantienen su independencia de marca y órganos de gobierno. La Caja Rural de Cheste fue una de ellas. Lozano explicó al respecto que ese apoyo «permite que tengamos el futuro garantizado con criterios claros». «Todos trabajamos con las mismas normas y conseguimos que las cosas vayan bien porque la gente también responde», aseguró tras ser preguntado por un hecho cierto: prácticamente todas las rurales valencianas han incrementado sus resultados en el primer trimestre del año.

La de Cheste, con 3.500 socios y 15.000 cliente repartidos entre esta localidad y las cercanas de Vilamarxant y Loriguilla, lo hizo en un 78,7 %, hasta los 59.000 euros. Lozano explicó que la incidencia de la entidad no se limita solo a su actividad meramente financiera, sino que también hay que tener en cuenta su obra social, que ha permitido poner en marcha una escuela infantil y un campus de experimentación, entre otros. En suma, «ninguna entidad dedica en el pueblo tanto dinero». Además de la obra social, el director general del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Manuel Illueca, destacó el papel esencial que las cooperativas de crédito están jugando en la vertebración del territorio, ya que en muchas pequeñas poblaciones han quedado

ellas como las únicas prestatarias de servicios financieros.

El director general de la cooperativa de crédito, José María Mira, también destacó las bondades de formar parte del grupo Cajamar y el espíritu de cooperación que conlleva. A modo de ejemplo, expuso que esa pertenencia permite financiar con volúmenes más elevados a una empresa de cierto tamaño que quiera implantarse en la zona de una de las rurales. En este sentido, el consejero del Banco de Crédito Cooperativo y de Grupo Cooperativo Cajamar, Bernabé Sánchez-Minguet, destacó la «generosidad» de la caja de Cheste en tanto en cuanto es una entidad que «aporta al grupo y eso permite que otras entidades muy pequeñas se puedan mantener en su territorio; es la solidaridad cooperativa, porque algún día puede pasar al revés».

En relación con esto, la directora general de Sector Público, Modelo Económico y Patrimonio de la Generalitat, Empar Martínez Bonafé, explicó que la Conselleria de Hacienda trabaja en varios ejes para propiciar un cambio en el modelo productivo valenciano «y uno de ellos es la economía social».

Volviendo ya al negocio bancario puro y duro, Sánchez-Minguet destacó como uno de los retos del sector la necesidad de dar una respuesta al cliente joven, «que no quiere ir al banco y prefiere interactuar con él por medio de plataformas digitales». Se trata de un servicio que el alto directivo de Cajamar considera que solo se puede prestar desde un grupo. En su opinión, «es un error de visión a medio y largo plazo pensar que el futuro del sector cooperativo es seguir haciendo lo que hacemos ahora». En su opinión, el único camino pasa por «ser más grandes desde la independencia individual». Aunque la integración es «difícil» en la España de las autonomías, las cooperativas esperan con expectación la reforma del sector que prepara el Gobierno.

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