La multinacional danesa LM Wind Power, que acaba de ser adquirida por General Electric, fabrica en el interior de Castelló palas de hasta 73,5 metros de longitud para aerogeneradores marítimos del Mar del Norte. La compañía utiliza la misma tecnología que el sector aeronáutico con un proceso de pulido muy artesanal para evitar pérdidas en la generación de energía. La firma está ubicada a las afueras de les Coves de Vinromà (1.870 habitantes) y da empleo a 556 personas. La compañía se instaló hace diez años en una zona rural que estaba sufriendo despoblación dentro de los incentivos industriales ligados a las concesiones del plan eólico valenciano. Su objetivo inicial era fabricar palas para los parques valencianos y españoles, pero con la crisis se ha visto obligada a exportar toda su producción. Ahora confía en ser la suministradora de los parques eólicos que Forestalia va a montar en Aragón con aerogeneradores suministrados por General Electric. El director de la planta, José Luis Grau, explicó que hay 25 ingenieros trabajando en la planta ya que «una pala es como el ala de un avión. Somos un sector que da valor añadido». La Asociación Empresarial Eólica, que con 200 empresas representa al 90 % del sector, acaba de conceder a les Coves de Vinromà el premio Eolo a la integración rural de la eólica.

La fábrica arrancó el 4 de junio de 2007 y desde entonces el número de trabajadores se ha multiplicado por cuatro a pesar de la crisis que ha vivido el sector en España en los últimos años. Según subrayó la patronal eólica, la planta de Castelló se ha convertido en un centro estratégico de innovación. La compañía ha conseguido contratos para producir palas de 61,5 y 73,5 metros de longitud, las más largas que se fabrican en serie. «Nosotros empezamos fabricando palas para la Comunitat Valenciana y España, pero con la crisis cambiamos la estrategia y nos dedicamos a la exportación. Estamos muy bien posicionados para la exportación porque nos encontramos cerca de tres puertos (Castelló, Sagunt y València). Somos la fábrica más cercana a un puerto en Europa», precisó José Luis Grau.

La empresa empezó fabricando palas de 37 metros de longitud para aerogeneradores que producen 1,5 MW (megavatios) de energía y ahora se ha especializado en palas de 73,5 metros para aerogeneradores marinos de 7 MW. «Desde hace un año fabricamos exclusivamente para parques marinos. Esta industria es muy cíclica. Cuando empezamos en 2007 nos encontramos con los primeros síntomas de las crisis, que ha durado hasta ahora y nos ha hecho más fuertes», señaló el director de la planta.

Proceso industrial

La compañía es reacia a mostrar el proceso de producción para evitar el espionaje industrial. La fábrica tiene dos naves con moldes para fabricar las palas. Las de 73 metros pesan treinta toneladas. Los trabajadores son la clave del proceso. «Dependemos de su capacitación. Los sistemas de formación de LM Wind son únicos. Tenemos un ciclo de formación de cinco semanas. Durante las primeras cinco semanas, nuestros nuevos empleados no trabajan solo se forman», aseguró José Luis Grau. Los operarios pulen al milímetro las aristas de las palas ya que si no se hace bien puede suponer una pérdida de eficiencia del 2 % al año. «Una pala es una escultura industrial. Es como un Fórmula 1. Trabajamos con una temperatura y humedad muy controladas porque es una labor de gran precisión», subrayó el director de la planta castellonense.

Desde que estalló la crisis en España y cerraron las fábricas que daban empleo a la mayor parte de los vecinos de les Coves de Vinromà, la apertura de la fábrica dio un respiro al municipio frenando su despoblación y dando estabilidad laboral a la población local. LM Wind siempre ha dado prioridad a los trabajadores de les Coves de Vinromà.