¿Conoció a Donald Trump?
Sí, pero en otra época.
¿Cómo se explica desde su experiencia su victoria electoral?
Esa pregunta la intenta contestar el mundo entero. Tenemos que partir de que estamos inmersos en una crisis económica que está generando otra que se gestiona en paralelo.
¿A qué se refiere?
Hay países como Yemen que están quebrados. Pongo este país como ejemplo, pero hay otros. Hay una crisis humanitaria insoluble que afecta a millones de personas. Ahí aparece Trump, que entiende que solo pueden abordarse estos problemas globalmente desde la geopolítica.
¿Trump y Vladimir Putin son almas gemelas?
Hombre, eso no. En EE UU no se puede digerir algo así, porque Rusia ha sido durante décadas el enemigo que amenazaba con destruirles. Sí es cierto que Trump ha hecho entender a Putin que Occidente ya no es su enemigo, sino que sus problemas están en el continente asiático. Tiene un millón de soldados en la frontera china, que lo que quieren es quedarse con Siberia, un pozo insondable de recursos mineros, petrolíferos...
¿Pero por qué perdió Hillary y ganó Trump si ella estaba tan preparada?
En la última foto que vi de ella la tenían que sujetar porque se caía. ¿Saben la fuerza que hay que tener para ser presidente de EE UU ? Miren a Obama. Un fenómeno, saltaba al escenario y gritaba «yes we can» y todo el mundo estaba con él, hoy parece un anciano. Hillary Clinton llegó con un currículo lleno de disparates. Nunca entendió el Magreb. No digo nada el fracaso con El Asad en Siria, que generó una guerra, las relaciones con Rusia...
¿Qué clave tocó Trump para ganar?
Al americano le gusta que América vuelva a ser lo que era. No hay ningún americano contento como no hay ningún español que lo esté, pero viene alguien y les dice que van a volver a ser lo que eran y piensan: «Este es el mío».
