El objetivo de la gestión de las políticas económicas busca el incremento del bienestar de los ciudadanos y por tanto, de su felicidad. Pero, ¿cómo se puede valorar distintos indicadores subjetivos de felicidad que dependen de las percepciones de cada individuo? Para ello, una de las alternativas es la llevada a cabo por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), a través del Better Life Index (Índice para una Vida Mejor), que se elabora desde 2015.
Como indica la OCDE al inicio del proyecto, en la vida hay cosas más allá del PIB y las estadísticas económicas. Se trata de analizar diversas dimensiones de la vida que permiten conocer mejor el bienestar de los ciudadanos. Pero surge un inconveniente a la hora de formar el índice, ¿qué consideran más importante los ciudadanos? Para adaptar los resultados se lleva a cabo una encuesta en cada país que permite ponderar adecuadamente cada dimensión medida y, al mismo tiempo, si quiere profundizar más, existe una herramienta en la página web que permite personalizar los resultados. Vamos a ver qué se mide en el índice.
El primer aspecto es la vivienda, analizando cuánto presupuesto familiar se destina a costearla, pero estudiando las condiciones de vida (número de personas por habitación, acceso a servicios básicos.). El último dato para España fue de un 6,1 sobre un máximo de 10.
En el empleo, disponer de este aporta muchos beneficios importantes, ya que es la fuente de ingresos, mejora la inclusión social y permite satisfacer las aspiraciones personales que, a su vez, mejorara la autoestima. Pero también la calidad es importante. En este caso, el último dato para España fue de 3,5.
Otro aspecto valorado es el ingreso familiar disponible (descontado impuestos) para gastar en bienes o servicios. Al mismo tiempo, se integran las cantidades invertidas en valores financieros como las acciones. España reflejó una cifra del 2,9.
Por su lado, en la dimensión de la comunidad, se valora la red social con la que cuentan los ciudadanos y el último dato español fue del 8,7.
Asimismo, el nivel educativo de la población es esencial para el desarrollo económico y el bienestar del país. El mercado laboral requiere de personas bien formadas, por eso el nivel de bachillerato se erige en básico. También se tiene en cuenta los resultados del informe PISA, por lo que España alcanzó un 5,5.
La salud, por su parte, es el tema más valorado por los españoles debido a la evolución de la esperanza de vida. Por ello, el último dato nacional es del 8,3.
En definitiva, estos junto a otros valores reflejan los pensamientos del día a día que no son puramente económicos, con el fin de tener la radiografía del bienestar percibida por los ciudadanos.
