Me temo que he sido un poco el aguafiestas de alguno de los grupos de Whatsapp a los que pertenezco, pero no he podido resistir tanta mentira organizada en la mayor red de mensajería instantánea que cuenta con 1.300 millones de usuarios en el mundo.

En España le cogimos el gusto de una manera espectacular nada más nacer. Tres años después de su creación, en 2012, más del 60% de internautas españoles ya lo utilizaba. Ahora, dos años después de que Zuckerberg lo comprara, su empleo es sencillamente apabullante: la última encuesta de AMIC arrojaba el resultado de un 92,8% frente al 87% de Facebook. La penetración del móvil supera ya el 94% entre los consumidores entre 14 y 65 años. Una auténtica epidemia viral de película.

Whatsapp se ha convertido en la más fornida y cohesionada red social de todas€ y con mayor influencia. Y eso lo saben quienes se inventan las cadenas de los mensajes falsos e insidiosos que han circulado y circulan constantemente con claros intereses de intoxicar la opinión pública, construidos desde la oscuridad, pero, eso sí, siguiendo el mismo patrón perfectamente identificable, tanto en su versión textual, como audiovisual.

El Whatsapp es, gracias a su poder de convicción o de engañar, una máquina muy productiva de contaminar la opinión pública y la emplean las inteligencias de los países. No hay nada nuevo. Con el terrorismo islámico, con el independentismo catalán, con el gobierno, con la iglesia, con quien sea, han prodigado mensajes que porque "no me cuesta nada" o ¿y si es verdad? o "hay que darles duro" o por simple satisfacción íntima se trasladan de unos grupos de amigos a otros con argumentos y datos aparentemente verídicos.

¿Por qué utilizan los grupos de influencia esta aplicación? Una vez más la encuesta Edelman da el argumento. En este tiempo de contenidos comerciales, políticos, ideológicos "una persona como tú" es la fuente de información (60%) más creíble. Por tanto, un amigo del grupo que te pasa un "guasap" - me gusta escribirlo así- tiene el mayor poder de convicción que existe.

Con ese poder, las empresas, los departamentos de marketing se habían atrevido tímidamente. Lo más parecido que se había hecho hasta ahora son los grupos que internamente se forman dentro de las áreas de la empresa, tanto de los mismos departamentos como transversales. Whatsapp, con o sin la versión Workplace, ha ayudado mucho a la comunicación interna e instantánea. Ya es una herramienta de trabajo, no sólo interpares sino también vertical.

Comercial y publicitariamente los notables intentos realizados hasta ahora han pasado desapercibidos y en ellos siempre se ha buscado la complicidad consentida de los usuarios como los sorteos de Absolut Vodka, el Hibridízate de Toyota, el concurso #LigateUnAYGO vía WhatsApp o el chat de recetas de Hellmann´s. Pero ahora ha llegado el momento que se veía venir. Facebook empieza a mostrar lo que será el futuro de la aplicación.

WhatsApp Business estará disponible para el mercadeo y la comunicación corporativa tras presentarse a finales de agosto el programa para obtener insignias de verificación para compañías y anunciar una aplicación para negocios, desarrollada para que las corporaciones públicas o privadas puedan establecer, al principio, gratis, comunicación con sus clientes.

Ahora, gracias a la aplicación Whatsapp, la empresa y el producto pasarán también a ser amigos, toda una gran y revolucionaria oportunidad en la comunicación corporativa y comercial que hay que aprovechar, porque su uso podrá llegar a ser, como lo es ahora, una vía natural para contactar y comunicarse, entre otras cosas porque para conseguir esas verificaciones las compañías han de ofrecer ciertas garantías que exigen la firma de Zuckerberg.

No sería extraño que así ocurriese. Porque con ella todos ganan: el cliente se asegura un diálogo próximo, directo e instantáneo y la compañía un camino seguro para incrementar sus ingresos y capacidad de comunicación.

Imagino que circunscribir esta herramienta corporativa al mundo de los negocios es quedarse cortos, de modo que las administraciones y las corporaciones públicas en general tendrán también esta nueva herramienta. Yo lo haría.

El futuro de la comunicación corporativa ya está aquí€ y la holandesa KLM ya ha dado el primer paso.