Permítanme que dedique las primeras líneas de esta columna a tener un recuerdo para nuestro compañero en el consejo rector de Federació y amigo Pepe Bellver, fallecido a los 57 años de edad el pasado sábado 9 de septiembre tras una larga enfermedad. Dedicó su vida a la actividad cooperativa y al sector del aceite, del cual fue una figura destacada durante años. No en vano, en el momento de su fallecimiento ostentaba el cargo de presidente de la sectorial del aceite de nuestra entidad, que compatibilizaba con la presidencia de la Denominación de Origen Aceites de la Comunitat Valenciana.
Pepe trabajó siempre con el objetivo de conseguir que un sector socialmente tan relevante en nuestra Comunitat como el del aceite tuviese un peso económico acorde a su importancia para muchas de nuestras localidades. Desde la singularidad de cada una de las zonas de producción que podemos diferenciar en nuestro territorio, siempre creyó en la idea de que procesos de integración en el ámbito de la producción o la comercialización podían ser importantes para consolidar el crecimiento y la expansión del sector.
Desde ese punto de partida, en Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana hemos impulsado en los últimos años diferentes iniciativas tendentes a trabajar en esta línea, que cristalizaron el pasado mes de julio cuando un total de siete cooperativas oleícolas dieron el paso definitivo para iniciar un proceso de integración en el ámbito comercial que aglutinará una producción cercana al 20 % del total del aceite valenciano. Se pretende, entre otras cosas, ganar en eficiencia, reducir costes y diseñar aceites adecuados a los gustos de consumidores de diferentes países, generando una marca propia y posicionándola en el mercado.
Mejorar las rentas
Todo ello con el fin último de mejorar las rentas que perciben nuestros agricultores, elemento clave para planificar cualquiera estrategia que queramos desarrollar, ya sea a corto, medio o largo plazo. Este proyecto se suma a iniciativas similares desarrolladas en sectores como el del vino, que dan cuenta del interés por buscar fórmulas para ganar dimensión y concentrar la oferta, que no han de pasar necesariamente por procesos de fusión societaria o de pérdida de la identidad propia.
Cuando estos proyectos ofrezcan rendimiento, echaremos la vista atrás y pensaremos en el trabajo realizado y en las personas implicadas en el mismo. Y, como no puede ser de otra forma, recordaremos a nuestro amigo Pepe, un hombre conciliador, con criterio, una buena persona. Descanse en paz.
