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Opinión

La huerta y sus protagonistas

La huerta y sus protagonistas

Que l´Horta de València es una joya única en su especie que suscita el máximo interés y despierta el asombro de antropólogos e historiadores de todo el mundo está fuera de toda duda. Que es necesario preservar ese patrimonio tan singular nadie en su sano juicio puede cuestionarlo. Por eso precisamente, tal como tuve ocasión de exponer hace poco en Les Corts ante los distintos grupos políticos, nos ha parecido tan decepcionante el anteproyecto de ley para la protección de la huerta que se encuentra en vías de tramitación en el Parlamento.

Nuestra frustración ante la referida propuesta legislativa nace de lo que consideramos una alarmante falta de realismo. Da la impresión de que se pretende empezar la casa por el tejado, de que se parte de una suerte de foto fija de tintes bucólicos en la que curiosamente la figura de los agricultores queda difuminada en un segundo plano y eso es un error de bulto lamentable. Porque nuestros legisladores parecen haber pasado por alto una verdad tan elemental como incuestionable: sin agricultores no hay huerta y si no se protege a los agricultores es imposible proteger la huerta, a no ser, claro está, que pretendan convertirla en una especie de museo con figurantes, en un parque temático con visitas guiadas en una postal para turistas despistados.

Resulta muy difícil de entender para quienes han mantenido con su trabajo en la tierra el acervo de l´Horta durante decenios, para los únicos garantes posible de su futuro que el plan de acción territorial previsto incluya un extenso catálogo de obligaciones y limitaciones en cuyo punto de mira figura el agricultor y deje en el aire y en la pura indefinición las medidas de apoyo específico a la actividad agraria. Antes de aprobar cualquier plan de acción en el ámbito de la huerta de València es preciso saber cuál va a ser el plan agrario no sólo que lo acompañe, sino que le confiera sentido; al igual que es fundamental que antes de proceder a la aprobación de esa ley se establezca una dotación presupuestaria suficiente para poder materializarla en la práctica.

La realidad de la huerta nos mostró hace unos meses a los productores de patatas y cebollas destruyendo sus cosechas ante la falta de rentabilidad, mientras los supermercados ofertaban esos mismos productos llegados de los confines más remotos del planeta. Esa y no otra es la cruda realidad económica de aquellos que tratan de vivir de l´Horta. ¿Dónde están en esos planes legislativos las medidas de apoyo, las compensaciones ante las exigencias, los proyectos comerciales en favor de la agricultura de proximidad y tantas otras cosas? Lo único que sabemos a ciencia cierta es que ninguna de las alegaciones presentadas por AVA-Asaja ha sido admitida y que nuestra organización ha iniciado esta semana una campaña de información en los pueblos de l´Horta para explicar cómo viene la mano y, en definitiva, para dejar claro que si la futura ley desdeña el papel de los agricultores estará condenada a convertirse en papel mojado.

Presidente de la asociación valenciana de agricultores (AVA-Asaja)

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