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Opinión

Por qué invertir en startups si dicen que hay una burbuja

Por qué invertir en startups si dicen que hay una burbuja

No cabe duda de que vivimos un momento francamente interesante en el mundo inversor, donde muchos de los productos tradicionales son cada vez menos atractivos y poco a poco se van haciendo hueco nuevas formas de invertir. ¿Cambio generacional, búsqueda de nuevas opciones o simplemente moda?

Se han alzado voces críticas alertándonos del advenimiento de una nueva «burbuja» de startups, lo que ha levantado miedos y cautelas, lógicos por otra parte, en la comunidad inversora€ pero ¿cuánto hay de cierto en esto y cuánto de percepción? Primero creo que es importante comprender que cuando hablamos de burbuja nos referimos a unas expectativas sobre la posible rentabilidad de este tipo de compañías, a menudo sin ningún soporte más que rumores y una inflación de valoraciones no soportadas por la realidad. El mundo todavía recuerda con la famosa burbuja .com que estalló a principio de siglo, y que dejó a muchos inversores y empresas en una situación insostenible€ pero ¿estamos viviendo lo mismo?

Es difícil dar respuestas categóricas, pero comparemos algunas magnitudes interesantes, extraídas de un estudio del prestigioso fondo Andreessen Horowitz: en 1999 el volumen total de fondos invertidos en tecnología en USA era de $71bn (un 10,8% del IPC), con una población total de 0,4b de personas, se vendieron más de $12bn en ecommerce y hubo 371 salidas a bolsa (con una media de 4 años de antigüedad de las compañías). Sin embargo, en 2014 los números eran bastante diferentes: el volumen total de fondos invertidos en tecnología en USA era de $48bn (un 2,6% del IPC), con una población total de 3b de personas, se vendieron más de $304bn en ecommerce y hubo 53 salidas a bolsa (con una media de 11 años de antigüedad de las compañías).

¿Quiere esto decir que no hay una burbuja y que podemos estar tranquilos? Desgraciadamente la respuesta no es sencilla, sobre todo porque en los 3 últimos años ha habido un crecimiento exponencial de la inversión en startups, parejo en cierta medida a un aumento de las valoraciones. Y sí, han subido las valoraciones, pero también las oportunidades de inversión y las ventanas de liquidez€ y como en todo mercado, hay compañías con valoraciones absurdas y otras con valoraciones razonables. La inversión en startups se debería ubicar en ese pequeño porcentaje de nuestro patrimonio (típicamente no superior al 10%) a invertir en activos con alto riesgo pero alto potencial de retorno, y al que es recomendable acercarnos de forma sensata, disciplinada y cumpliendo unos criterios mínimos de diversificación y riesgo.

Sin embargo, hay una de las características atípicas de este formato de inversión que debemos no sólo comprender intelectualmente sino seguir a rajatabla: diversificar el riesgo y no dejarnos llevar por la pasión y visión de los fundadores únicamente€ ya que, hay una estadística que dice que sólo un 50% del éxito de una startup depende de sí misma, incluso si la compañía en la que inviertes cuenta con los recursos, equipo, tecnología y capacidades necesarias.

Y eso tiene un impacto muy claro en la potencial rentabilidad de nuestras inversiones: en el sector se dice orientativamente que, de cada 10 inversiones que hacemos, sólo 1-2 llegan a tener éxito en un plazo de entre 5 a 7 años€y precisamente esas 1-2 compañías deberían no sólo cubrir las pérdidas del resto sino generar una buena plusvalía. Esto supone que si queremos empezar a invertir en startups con alguna probabilidad de éxito debemos plantearnos invertir en 10 compañías en un plazo de 5 años, diversificadas no sólo en cuanto a sectores sino añadas, momentos de madurez, etc. y sobre todo, consiguiendo acceder a las mejores oportunidades.

En resumen, creo que es un magnífico momento para invertir en startups con alto potencial de crecimiento, ya sea de forma directa, coinvirtiendo con otros business angels o usando plataformas de calidad como Startupxplore€ pero siempre de forma sensata y disciplinada, y sopesando el ratio riesgo/rentabilidad que impliquen. El próximo 23 de noviembre múltiples agentes de la inversión privada intercambiaremos más experiencias en este sentido en el Congreso Nacional de Business Angels que Big Ban celebra en la Marina de Empresas.

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