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El informe

En el ojo de los inversores

Las empresas de materiales para la construcción se están convirtiendo en objeto de deseo de fondos y mercantiles que toman posiciones ante el nuevo empuje del ladrillo

Las empresas azulejeras son algunas de las más ambicionadas por los inversores. carmen ripollés

Ya es conocido. La construcción de inmuebles ha vuelto. Lo inquietante es la gran cantidad de signos que emite de que lo está haciendo sin haber corregido ninguno de los errores que propiciaron la Gran Recesión de 2008: la banca ha vuelto a hacer promociones, las hipotecas empiezan a concederse por el 100 % del valor del inmueble, hay empresas industriales que dirigen de nuevo sus excedentes hacia el sector constructor... Queda por ver cuál es la magnitud de esta vuelta a las andadas (o al desastre).

Sea como fuere, lo cierto es que el sector va sacando la cresta y los inversores con dinero otean desde hace tiempo el incremento de negocio. De ahí que hayan empezado a tomar posiciones. Bien lo saben en Livingstone Partners, una firma internacional especializada en fusiones y adquisiciones con sede en València que ha visto cómo en los últimos tiempos aumentaban las operaciones en las que ha intermediado en la Comunitat Valenciana. La última de ellas, sin ir más lejos, se consumó el pasado jueves y fue de calado. El denominado rey de las moquetas del Reino Unido, la firma Victoria, se quedó por 274 millones de euros a una de las azulejeras castellonenses históricas: Keraben Grupo. No solo pretende diversificarse geográficamente, sino, sobre todo, en producto para cubrir suelos.

Neil Collen, socio de Livingstone en España, asegura al respecto que «las nuevas tendencias en materiales, tanto en formatos como en diseño, unido a la recuperación del sector de la construcción, están impulsando el crecimiento de la actividad de materiales de la construcción, especialmente en aquellos productos más ligados a la rehabilitación y edificación, como la cerámica, o en los empleados en equipamiento de baño, como la resina». Collen añade que, «como resultado de las fortalezas y debilidades causadas por la crisis económica, así como un creciente apetito inversor, empezamos a ver un aumento de las fusiones y adquisiciones en el sector de los materiales de construcción. Esto es un claro indicador de la recuperación económica y del retorno de la confianza en esta actividad. En 2017 ya han sido anunciadas nueve transacciones y el mercado espera que de aquí a final de año se cierren por lo menos tres operaciones más».

En consecuencia, se alcanzaría el mismo número de compraventas que se realizó en los dos ejercicios precedentes, es decir doce. En los años centrales de la Gran Recesión, cuando la construcción tuvo que penar por sus excesos de los años de bonanza, la cifra de operaciones fue inferior; desde las cinco de 2010 y 2012 a las once de 2011 y 2013. Nada que ver, en cualquier caso, con los movimientos incesantes de la época dorada de la actividad inmobiliaria, cuando se llegaba a las 28, como sucedió en 2006.

¿Por qué este renovado interés? Collen apunta que, «tras estos duros años de crisis, hay algunas empresas que, a pesar de tener una marca reputada y un producto de calidad, no tienen la capacidad de invertir para seguir creciendo, lo que significa que irán perdiendo competitividad poco a poco. Por ello, algunas evalúan la posibilidad de vender como una buena alternativa, especialmente teniendo en cuenta el interés que se viene observando en el último año por parte de inversores financieros». Uno de ellos lo corrobora. Eleuterio Abad, director general de Zriser, explicó que la firma valenciana de Pablo Serratosa compró el 51 % del fabricante de platos de ducha y lavabos de resina Moldcom Composites como una operación financiera. Vendió cuando vio retorno. También compró la firma valenciana de perfilería THU Perfil en enero de 2015. Aunque no tienen expectativa a corto plazo de vender, la inversión se ha revalorizado mucho al duplicarse la facturación de 9,4 a 19 millones. Abad afirma que este es un sector «interesante» para invertir porque la construcción crece gracias a la vivienda. Además, considera que hay fondos especializados en reestructuraciones que «ya están analizando posibles compras».

Collen, por su parte, ve «lógico que aquellas compañías que han superado la crisis con buenos márgenes quieran invertir en crecimiento, ahora que los precios siguen siendo moderados, para fortalecer su posición en el mercado. El incremento de este interés inversor, tanto financiero como industrial, ya se está viendo reflejado en la reactivación de la actividad de fusiones y adquisiciones de este sector en España, especialmente en operaciones transfronterizas».

Los datos avalan esa perspectiva optimista. En 2016, la rehabilitación creció un 8,2 %, mientras que la edificación residencial lo hizo en un 29 %. Livingstone maneja datos de la consultora DBK que auguran un crecimiento del 7 % este año en la edificación no residencial. Las previsiones son optimistas, dado que la producción podría situarse al cierre de 2017 en los 113.000 millones, lo que implica un incremento del 4,8 %. No es de extrañar, por tanto, que las firmas inversoras estén asomándose al balcón.

Las nueve operaciones cerradas en la C. Valenciana en el último año

En el último año se han formalizado en la Comunitat Valenciana nueve transacciones en el sector de los materiales de construcción. Son las siguientes:

-Victoria compra Keraben.

-Compra del fabricante castellonense de fritas y esmaltes Endeka por el grupo estadounidense Ferro Corporation.

-El fondo de capital riesgo de EE UU Lone Star Funds compra el fabricante castellonense de fritas y esmaltes Esmallglass-Itaca.

-La multinacional Etex Group compra Pladur.

-El fondo de capital riesgo español Nazca adquiere Moldcom Composites.

-Atitlán compra Obinesa.

-Peronda y Azulindus compra el productor de pasta Atomizadora.

-Pamesa adquiere TAU

-Dos fondos galos compran Construplass

-Venta de la castellonense NPC.

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