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La empresa | Casa Vigar SL

Una escoba también puede ser «cool»

La firma alicantina Casa Vigar inició su trayectoria en los años cincuenta fabricando un producto de caña y palma y ahora vende a más de 40 países utensilios para el hogar marcados por el diseño y el desenfado.

Una escoba también puede ser «cool»

El éxito empresarial es un arcano. Va uno y le pone un palote a un caramelo y se hace de oro vendiendo una innovadora cosa llamada Chupa Chups. Va otro que se gana la vida fabricando escobas de caña y resulta que sus hijos convierten aquel negocio artesanal, casi arcaico, en una empresa de diseño cuyos productos son codiciados en medio mundo. Casa Vigar, fundada por Vicent García (de ahí el nombre de la empresa) a mediados del siglo pasado en Gata de Gorgos, se dedicó durante muchos años en exclusiva a un producto fabricado de forma manual con la materia prima que abundaba en la zona: escobas de caña y palma. Luego llegaron sus hijos -primero Felipe, en los años ochenta y luego, Vicent, en los noventa- y la empresa dio un giro radical.

La incorporación de Felipe implicó el primer gran cambio, dado que Casa Vigar pasa de la palma al plástico, tras la compra en Italia de la maquinaria necesaria. Como cuenta la directora comercial de la firma, Cruz Jover, es él quien profesionaliza la empresa y el que convierte un taller regional en una compañía nacional. «Con la fibra de plástico nos abrimos a más productos para la limpieza de baños, cocina o la ropa, como escobillas para el inodoro o cepillos para la ropa o las uñas», cuenta Jover, aunque «los comprábamos a terceros para venderlos con nuestra marca». También introducen otras materias primas, como los palos de aluminio o el textil (mopa y fregona).

En los noventa entra en la empresa el otro hermano, Vicent, y se producen otras dos evoluciones sustanciales: la internacionalización y la I+D+i. Comienzan las ventas al exterior. Sudamérica, por la facilidad que ofrece el idioma, será el primer destino, pero la compañía desde entonces ha ido conquistando nuevos mercados, hasta el punto de que en la actualidad está presente en más de 40 países. Con una plantilla de 40 trabajadores, la empresa facturará este año 9,5 millones de euros, frente a los 8,5 de 2016, y de ellos casi el 60 % procede de la exportación. La preponderancia del sector exterior tiene mucho que ver con su apuesta estratégica por la innovación.

Cruz Jover cuenta que la idea era «no vender en bruto el producto sino darle valor añadido en forma de diseño y así creamos la línea Beso bandera, que fue revolucionaria. La capucha de la escoba tiene forma de labio y el palo está decorado con la bandera gay». Los clientes de Casa Vigar eran las grandes superficies y los supermercados, que «no interpretaron bien el mensaje que representa, es decir, que la escoba no tiene por qué ser un producto de uso exclusivo de la mujer, y lo entienden solo como algo divertido de decoración del hogar. Además, como el precio era superior, lo rechazaron, pero nosotros seguimos creyendo en ese producto y buscamos otro canal: el del menaje». Ahí «el éxito es total en España. Nos vamos a ferias y entramos en Francia, el Reino Unido y Holanda, cuyas grandes superficies entienden el mensaje y lo venden». «Fuimos los primeros», añade con orgullo Cruz Jover.

El cambio de milenio trae nuevos cambios en la empresa. Casa Vigar empieza a fabricar otros productos relacionados con la limpieza pero amplía el foco al mundo de la infancia, la oficina o las mascotas. Ahora mismo, la compañía tiene en el mercado alrededor de mil referencias y siete líneas de productos: útiles de limpieza (cuidado del suelo, paletas matamoscas, limpieza de cristales); complementos de mesa y gadgets (utensilios de cocina, complementos de mesa); baño; colada (bolsas de ropas, tendederos, taburetes); oficina (bolígrafos, limpieza de escritorio); mascotas y outdoor (jardinería, decoración). Los productos que incorporan diseño e innovación representan ya el 55 % de la fabricación.

Casa Vigar tiene su factoría española en su sede de Gata de Gorgos. Es una planta de 5.000 metros cuadrados que da servicio a España y el resto de Europa. En 2008, llegó a un acuerdo con un socio local en China y ahora tiene allí otro centro de producción de 6.000 metros cuadrados donde fabrica la mayoría de artículos innovadores con la vista puesta en los mercados asiático y americano. En este último, concretamente en Perú y también con un socio local, produce para ese país «artículos de limpieza muy básicos». En Miami cuenta con una delegación de ventas y distribución para Estados Unidos, cuya consolidación, junto a la potenciación de China, es uno de los objetivos de futuro de la compañía, según Jover, quien representó a Casa Vigar en la reciente misión comercial organizada por la Cámara de Comercio de València a Canadá. En Toronto, firmó un acuerdo por el que en marzo de 2018 enviará 5 contenedores para hacer un test de producto en un gran distribuidor con 2.000 puntos de venta en el país. Imparables.

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