Las TIC modernas serán un pilar fundamental de la sanidad futura. Por un lado, el uso de wearables para la monitorización de la salud está cada vez más generalizado y permite a los usuarios mayor conocimiento y control sobre su estado de su salud; por otro lado, estos recursos sirven a las entidades sanitarias, optimizando la gestión, la prestación y el seguimiento de los pacientes, sin pasar por el hospital.

Los wearables han evolucionado de tal modo que no solo monitorizan la actividad física, los patrones de sueño o el consumo de calorías, sino que se han convertido en asesores de los usuarios, con capacidad de emitir recomendaciones personalizadas de salud, nutrición, deporte o hábitos de vida. Al mismo tiempo, buscan el bienestar mental del usuario, basándose en la idea de que la información biométrica puede influir en su comportamiento e inducir cambios saludables.

Algunos ejemplos relevantes son las gafas inteligentes como las Level TM, capaces de contar pasos, calorías consumidas y tiempo diario dedicado a ejercicio físico. Las Jins Meme poseen funcionalidades más amplias, pudiendo monitorizar el nivel de somnolencia del usuario cuando conduce, corregir sus posturas corporales, e incluso detectar sus niveles de concentración mental para la ejecución de tareas.

Las llamadas wearable apps son aplicaciones móviles que complementan los dispositivos wearables para facilitar al usuario el acceso y seguimiento de sus datos de salud. La app de la pulsera Feel (que mide la actividad electro-dérmica, la densidad de la sangre y la temperatura de la piel) interpreta los indicadores de la pulsera, identificando las emociones experimentadas por el usuario y proporcionándole un coaching personalizado para alcanzar metas de bienestar, basándose en terapias cognitivo-conductuales. Los dispositivos inteligentes Gatorade Smart Water Bottle y Digital Sweat Patch (parche para seguimiento de niveles de hidratación y nutrición de deportistas) se conectan a una app que asesora sobre qué, cuándo y cuánto beber, de entre las soluciones isotónicas ofrecidas por la marca, para alcanzar niveles óptimos de hidratación. Se ha anunciado también la copa menstrual «Looncup» y su aplicación móvil para seguimiento y análisis de patrones menstruales de regularidad, flujo, densidad y color, avisando con anticipación sobre el momento de recambiar el aparato.

Se prevé que, en 2019, el cuidado digital de la salud a través de dispositivos de monitorización habrá aumentado en un 600 %, al tiempo que se reducirá su coste, resultando asequibles para cada vez más usuarios y consolidándose como campo abierto de oportunidad para la innovación tecnológica. Como ventajas cabe citar una mayor autonomía y conciencia de salud de los usuarios, aunque existen riesgos de frustración y de falsa seguridad de poder prescindir de una opinión médica cualificada.