P ¿Cómo definiría la gestión de Salvador Navarro al frente de la nueva CEV?
R Tenemos una buena relación. Todavía no están asentados en la medida en que están creando un modelo empresarial que nosotros respaldamos en la medida en que puede aglutinar una representación en toda la C. Valenciana. Para nosotros es importante tener un interlocutor fuerte con el que poder hablar y llegar a acuerdos. De momento no hay ningún pacto pero tenemos la voluntad de explorarlos.
PSu designación llegó en un congreso donde el sindicato se partió en dos. ¿Están unidos hoy?
R Al poco de terminar el congreso impulsé un acuerdo de integración y ahora funcionamos correctamente. Hay personas de la otra candidatura desempeñando responsabilidades en el equipo de dirección. Hemos apostado por el diálogo y el consenso. Las señas de identidad del sindicato permanecen: el debate con vehemencia. No obstante los acuerdos que se aprueban son prácticamente con el 100%.
P ¿Cómo llegar hoy a la sociedad en un contexto en que los nuevos proletarios son riders y freelance sin centros de trabajo organizado? Parece que la nueva economía expulsa al sindicato de la ecuación laboral. ¿Como reinventarse?
R Hay transformaciones muy grandes, unido a la crisis con destrucción de empresas. Eso afecta al sindicato, pero sigue siendo un actor de primer orden en el mundo del trabajo. Donde las organizaciones están, no pierden afiliación. Estamos creciendo. De caer abruptamente a crecer hay una diferencia importante. Seguimos siendo útiles. Respecto a los riders, hemos constituido un grupo de trabajo para abordar las nuevas realidades laborales, para proponer una regulación, abordar la atención sindical y trabajar con la Inspección.
P ¿Qué tal con Unai Sordo?
R Es un chaval de 40 años y es fruto de su generación, un tiempo distinto al de Fernández Toxo. Su propia experiencia le puede permitir interpretar la realidad acorde a su tiempo porque ha habido muchas transformaciones.
