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El pleito interminable con Cleop y la sucesión en la empresa familiar

Asegura Tina Pastor que en su familia no son ajenos a los problemas que generan en las empresas los vínculos entre padres e hijos y tienen decidido actuar, «sentarnos y ver cómo nos organizamos», pero antes «tenemos que solucionar el problema con Cleop». Es un largo litigio en el que están implicadas las dos compañías y que tiene su origen en el momento en que uno de los hijos de los fundadores de Urbem vendió su participación a la también constructora valenciana Cleop. La firma presidida por Carlos Turró se hizo con un 33 % de la mercantil controlada por la familia Pastor. Y ahí empezaron los problemas.

Cuenta la directora general de Urbem, que Cleop, nada más aterrizar en la compañía, «empezó a poner demandas y pleitos porque querían hacer cosas que no entraban en los planes estratégicos de Urbem». Claramente, había «discrepancias entre las dos partes» sobre cómo se debía gestionar la compañía. Tampoco hay que olvidar que se trata de dos empresas que operan en el mismo mercado y la misma actividad, es decir competidores, lo cual no suele ser la mejor senda para el entendimiento.

«Llevamos así desde 2006», afirma Tina Pastor, quien recuerda que «todavía los tribunales tratan de dilucidar la participación de cada una de las partes en la empresa». Y es que, por el camino, se han producido varias ampliaciones de capital que han alterado la composición inicial del accionariado. A pesar de todo, la familia Pastor sostiene que ellos cuentan con la mayoría del capital de Urbem.

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