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La entrevista | Alejandro Bermejo

"No hay obra nueva suficiente para dar trabajo a todos los carpinteros"

El nuevo presidente del antiguo Gremi de Fusters de València asegura que el sector ha conseguido en los dos últimos años reducir del 17 % al 5 % el alcance de la economía sumergida

"No hay obra nueva suficiente para dar trabajo a todos los carpinteros"

Alejandro Bermejo, nacido en València hace 40 años, casado y con dos hijos, es consejero delegado de Valenciana de Molduras Alto Turia, una firma ubicada en Tuéjar y especializada en servicios para la carpintería y suelos de interior y exteriores. Técnico Superior en Salud Ambiental, es presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Carpintería y Afines (Asemad), sucesora del antiguo Gremi de Fusters, y vicepresidente de la Federación Empresarial de la Madera y Mueble de la Comunitat Valenciana.

P Gremi de Fusters. Suena a cosa antigua y artesanal. ¿Es una profesión en retirada?

R Es una profesión que está en constante evolución, si bien ahora, con las nuevas tecnologías, el mercado sufre una evolución muy rápida. ¿Existe todavía el valor tradicional de gremio? Sí, pero tenemos que ir adaptándonos a los tiempos nuevos. Hay que intentar hacer ver a los asociados que el sector de la carpintería es un sector tradicional pero que en los tiempos en los que estamos o te adaptas o te vas a ir quedando atrás porque hay nuevos materiales, nuevas tendencias... Lo que hoy es moda y se lleva de aquí a cuatro años ha cambiado completamente. Nuestros asociados tienen que estar muy informados y tener empresas flexibles para adaptarse a las nuevas tendencias.

P ¿Qué tipo de empresas conforman el gremio?

R Por eso pasamos de ser el Gremi de Fusters a Asemad. Existen los nostálgicos a los que les gusta que todavía le llamemos gremio, pero el paso a Asemad es para intentar que la asociación sea cada vez más heterogénea. Siendo Asemad, podemos integrar más gente, porque la carpintería no es solo el típico taller de artesanía, sino también el «parquetero», el que mecaniza tableros, el fabricante de productos de madera, el almacenista de madera. Todo lo que es el sector de la madera.

P La carpintería debió ser uno de los oficios más directamente perjudicados por la irrupción de la crisis económica. El sector inmobiliario, que les da a ustedes mucho trabajo, se paró. ¿Se han recuperado ya? ¿Cómo afrontan el nuevo ciclo económico?

R Durante la crisis mermaron mucho los asociados. Ahora hemos vuelto a tener un incremento. Afrontamos 2018 con optimismo. La Comunitat Valenciana es una de las que está creciendo por encima del PIB español. La construcción nos hizo mucho daño, pero hubo mucha gente que se reconvirtió a la rehabilitación. Hoy día, el 90 % del mercado de la carpintería es rehabilitación. Construcción solo hay un 10 %. No hay obra nueva suficiente para dar trabajo a todo el sector.

P ¿Cuánto cayó la actividad durante la crisis?

R La afiliación bajó un 50 %.

P ¿Y las fallas? ¿Son un buen negocio para ustedes?

R No. A nosotros nos da mucho más trabajo la feria. Por ejemplo, en Maderalia se hace mucha decoración, mucho tablero, mucho trabajo especial para los stand. La feria Hábitat, también. Las Fallas es otro sector. No recurren a nosotros.

P ¿La extensión de la cerámica en las casas es una seria competencia para las instalaciones de madera?

R No. De hecho, en las casas se está incrementando cada vez más el uso del parqué. En las reformas, suelos de cerámica se reconvierten en parqué de madera. Es más cálido y tiene mejor aislamiento.

P ¿Y los manitas que abundan cada vez más en sus propias casas y se nutren en las grandes superficies de productos para el hogar?

R En el bricolaje, la competencia no es de los manitas, sino de las grandes superficies. ¿Por qué? porque tienen un poder de publicidad mucho mayor que la pyme. Ese poder les permite llegar tanto al profesional como al particular. Van hacia lo estándar. El problema del sector de la carpintería es que también ha ido hacia la estandarización. Cuando tu dejas de hacer algo único o peculiar y dejas de poner en valor tus conocimientos, te vas hacia lo estándar, lo que hace todo el mundo, sobre todo las grandes superficies. Compites con ellas y entonces tu único argumento es el precio y, por tanto, estás perdido. De cada diez puertas, la gran superficie vende seis para los hogares. Ahí sí hay una competencia. Los suelos laminados los venden las grandes superficies, con precios competitivos. Uno va, lo compra, lo instala en su casa y, aunque no quede bien, como se lo ha instalado uno mismo, le parece bien. Es un trabajo menos. Luego está la economía sumergida, personas en paro que compran materiales en esas superficies y lo instalan en las casas. Hemos batallado mucho desde aquí y esa competencia se ha reducido bastante en dos años, de un 17 % a un 5 %.

P ¿Y el manitas de las casas?

R No podemos decir nada. Es bricolaje. Hay competencia, pero no es importante. Con un armario, una puerta o algo más específico ya no se atreven.

P La suya, tradicionalmente, es una profesión con un gran componente artesanal. ¿Cómo va de vocaciones y, sobre todo, de formación? ¿Qué ha sucedido con la figura del aprendiz?

R Es un oficio que ha pasado muchas veces de padres a hijos. Y nos estamos encontrando con el problema de que se está perdiendo el oficio porque el hijo, cuando hereda el negocio, va a lo cómodo. Vende las máquinas y donde tenía el taller monta una exposición y se dedica a comprar y vender, contrata montadores que vayan a las casas y ya está. Ahí dejas de poner en valor tus conocimientos porque haces lo mismo que los demás. Se va perdiendo la artesanía, aunque es verdad que el mercado cada vez demanda menos artesanía. Hemos ido a un mueble más minimalista, una puerta lisa, colores que ocultan la madera. Por tanto, se está perdiendo lo artesano y ya no se necesita ser tan especializado. El problema es que se deja de poner en valor el uso de la madera por la entrada de otro tipo de materiales.

P ¿Por qué en España se construye tan poco en madera, a diferencia de países como Estados Unidos?

R En Estados Unidos tienen la madera y en España el 80 % de la que se usa viene del exterior, con lo cual es más cara. En España se usa mucho más la madera del centro del país para el norte. ¿Por qué? Se pone por aislamiento térmico y acústico, por cultura de la madera. También en las islas. Del centro para el sur, la madera se pone por decoración. En todo el Mediterráneo se está utilizando mucho la madera en exteriores como piscinas.

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