Xicu Costa es un afortunado. Cada mañana, cuando el director territorial de CaixaBank en la Comunitat Valenciana llega a su despacho, situado en la planta segunda del edificio de Banco de Valencia -hoy sede de CaixaBank-, le dan los buenos días tres hombres. Son los protagonistas del cuadro Tipos de Lequeitio, de Joaquín Sorrolla, colgado en el pasillo que da acceso a su oficina. Pintado en 1912 sobre un lienzo de gran formato (205 centímetros por 155 centímetros), es una de las obras del pintor valenciano menos conocidas. Integrante del patrimonio artístico de Banco de Valencia, entidad adquirida por CaixaBank en 2012, apenas ha estado en exposición pública.

Los Tipos de Sorolla no están solos en las dependencias del directivo de CaixaBank. Conviven con obras de Miró, Benlliure y Botero, entre otras muchas, a las que ahora se acaban de añadir diez fotografías de alto valor simbólico, las imágenes perdidas de Banco de Valencia, que El Mercantil Valenciano ha podido visitar in situ y que se reproducen en estas páginas.

CaixaBank compró Banco de Valencia en 2012 por un euro, después de que un año antes la entidad, participada por Bankia, fuera intervenida por el Banco de España -ante su inviabilidad- y recapitalizada con 5.000 millones de euros de fondos públicos. La adquisición por parte de CaixaBank incluyó los activos y pasivos de la entidad valenciana, entre ellos su sede central, el edificio histórico situado en la calle Pintor Sorolla de València, en la esquina con Juan de Austria.

El banco controlado por la Fundación La Caixa tomó posesión efectiva del inmueble en diciembre de 2013. Comenzó en ese momento un exhaustivo proceso de inventario de todos los enseres que había en su interior, descubriéndose activos que ni siquiera los anteriores propietarios del Banco de Valencia (el Frob, el fondo público para el rescate de la reestructuración de la banca española) sabían que existían, según fuentes participantes en el proceso.

En una de las plantas más altas del edificio (que tiene doce alturas, contando la cúpula) los nuevos propietarios se encontraron con varios álbumes fotográficos que recogían algunas de las aperturas de oficinas que realizaba Banco de València, sin demasiado orden. Los álbumes estaban situados sobre una pequeña caja de cartón que sí tenía un contenido de gran valor, tanto documental como estético.

En el fondo de la caja se encontraron 45 fotografías en blanco y negro, en papel, sin negativo alguno que las respaldara, ni atribuidas a ningún autor. Las imágenes reproducían los primeros trabajos de construcción del edificio de Banco de Valencia y fueron tomadas entre el 10 de septiembre de 1935 y el 1 de enero de 1936, según consta en su reverso.

CaixaBank, atraído por su valor histórico, decidió restaurar las fotografías para evitar su deterioro en el futuro y encargó el trabajo a Andrés Ballesteros, propietario de Restauradores Pro Art y autor de rehabilitaciones de obras de Juan de Juanes, Ribera o Caravaggio, entre otros.

El banco encargó a Ballesteros la restauración de las imágenes, sobre todo la limpieza de las mismas, y su digitalización en alta calidad. Las fotografías se guardaron en un álbum especial, con contenedores individuales. Ballesteros también preparó un duplicado del álbum y diez de las 45 fotografías impresas y enmarcadas en gran tamaño. Estas diez imágenes son las que están colgadas en una exposición permanente en la planta segunda del edificio, junto al despacho del director territorial de CaixaBank en la Comunitat Valenciana y enfrente de los Tipos de Lequeitio de Sorolla. El duplicado del álbum está depositado en un pedestal accesible a cualquiera que entra por la planta.

El trabajo de Ballesteros ha costado 1.500 euros, según fuentes de CaixaBank, que desconocen si en el pasado existieron álbumes posteriores a los de 1936. Del archivo encontrado en la caja de cartón se desprende que el fotógrafo, anónimo, visitaba las obras de construcción del edificio cada dos semanas para recoger el avance de los trabajos. En ese momento la entidad financiera creada en 1900 por un grupo de burgueses asturianos y madrileños estaba presidida por Vicente Noguera Bonora, representante de las familias valencianas que refundaron el banco y entraron en el capital en 1927.

Por qué se interrumpen las fotografías el 1 enero de 1936 es una incógnita. Sí se sabe que las obras de construcción se detuvieron por la Guerra Civil (1936-1939) y se reanudaron después para concluirse en 1942. Tras la contienda, el Banco de Valencia obligó al arquitecto, Francisco Javier Goerlich, a retocar el diseño para adaptarlo a los tiempos de la posguerra, siendo el resultado final el que ha llegado hasta nuestros días. En la posguerra también se produjo otro cambio significativo, en este caso en el accionariado. Banco Central entró en el capital, comprando a las familias valencianas, y estuvo hasta 1994 cuando vendió su paquete (24%) a Bancaja. Esta, en 2010, cofundó Bankia, quien ya sería ya el accionista mayoritario de Banco de Valencia hasta su intervención por el Frob y posterior venta a CaixaBank.

Las fotos inéditas del Flatiron valenciano

El edificio del Banco de Valencia es obra del arquitecto valenciano Francisco Javier Goerlich y su construcción se realizó, en distintas fases, entre 1934 y 1942. Con forma que recuerda a una proa de barco, se levanta sobre el espacio que antes ocupó la Farmacia De La Morera. Situado en la confluencia de las calles Pintor Sorolla y Juan de Austria, forma una esquina que recuerda a otros edificios icónicos fuera de València, como el Capitol (Gran Vía de Madrid ) o el Flatiron de Nueva York. Esta zona de la ciudad fue en su momento el corazón financiero de València, con otros edificios destacados, como la sede del Banco de España. Hoy frente al edificio de Banco de Valencia están los cuarteles generales de BBVA, Santander, Sabadell y Bankia en la ciudad.

Los operarios del acero

Las 45 fotografías, realizadas entre 1935 y 1936, permiten conocer los métodos de construcción de la época, los materiales utilizados (cemento y acero, principalmente), los medios de transporte (carretas tiradas por burros) o las condiciones laborales de los trabajadores, que no disponían de grandes medidas de seguridad (sin casco, por ejemplo) y vestían con ropa de calle. Las fotografías de esta página muestran los trabajos en el sótano del edificio.

Viviendas particulares a partir de la segunda planta

Visitar el edificio de Banco de Valencia hoy permite descubrir la historia del inmueble. Solo el sótano (para las cajas fuertes, que siguen en la actualidad) y las dos primeras plantas eran oficinas. A partir de la tercera y hasta la décima, albergaba viviendas, agrupadas en torno a un patio de luces que hoy en día se mantiene y puede verse desde la azotea, situada en la planta número 11 y donde se realizan actos de formación y eventos. Desde la planta 11 se accede a la cúpula, a la que solo se puede subir por unos mini escalones de hierro enclavados en la propia pared. CaixaBank ha reformado el edificio y de la planta tres a la diez alberga sus distintas divisiones: banca de particulares (tercera planta), negocio inmobiliario (cuarta planta), riesgos (quinta), banca privada (sexta), empresas (séptima) y Fundación Bancaria (décima). La sala del consejo está en la octava.