Wall Box Ok ha inventado un sistema que recarga los coches eléctricos en la mitad de tiempo y permite conectarlos a los enchufes de centros comerciales de Ikea, la cadena Paradores o hoteles como Las Arenas. La compañía patentó el primer cargador portátil para vehículos eléctricos, que ahora se utiliza en zonas remotas de Australia, Alaska, China o Sudamérica. La firma es proveedora de dispositivos de recarga de Tesla. Sus fundadores, que hace cinco años eran escépticos, están convencidos de que en diez años el 40 % de los coches serán eléctricos. Lanzadera acaba de incorporar a la compañía a su programa de aceleración con el objetivo de que crezca un cincuenta por ciento en los próximos nueve meses.

La empresa fue fundada por Luis Cejalbo y Víctor Sanchis, y facturó el año pasado cerca de 770.000 euros (dato pendiente de certificar). La compañía ofrece cuatro tipos de productos: puntos de recarga para la vivienda, cargadores portátiles, y estaciones de carga para centros comerciales y la vía pública. La principal ventaja que ofrecen los productos de Wall Box Ok es la rapidez de carga. «Cuando te compras un coche eléctrico te dan un enchufe convencional que tarda entre 14 y 16 horas en cargar la batería para que tenga una autonomía de 300 kilómetros. Con nuestros dispositivos se puede cargar un vehículo en una hora y media, aunque depende de la potencia que se tenga contratada y lo normal es que se necesiten entre seis y siete horas», aseguró Víctor Sanchis.

Cualquiera que tenga una plaza de garaje en su edificio puede instalarse en ella una toma de corriente vinculada a su contrato por mil euros. «Con una potencia contratada en casa de 5,75 kW (que es la más frecuente) se puede cargar completamente la batería por un euro y medio en seis horas y el vehículo tiene una autonomía de cerca de trescientos kilómetros. El coste de las recargas es ocho veces menor al de la gasolina o el diésel», destacó Sanchis.

El producto más innovador de la compañía es el cargador portátil. «Fuimos los primeros en el mundo que lo hicimos. Cuesta entre 400 y 500 euros y permite conectar el coche en hoteles, centros comerciales o centros de trabajo que cuenten con un enchufe industrial. Empresas como Ikea te permiten conectarte gratis porque la recarga completa de un coche solo les supone un gasto de entre cuarenta céntimos y un euro», señaló el cofundador de la compañía. El invento llamó la atención de un club australiano de propietarios de vehículos Tesla que encargó veinte.

La empresa también produce puntos de recarga públicos en versión de pared y de poste, que cuestan entre 1.500 y 4.000 euros cada uno. «Hemos vendido 1.200 estaciones de carga en los últimos tres años. Ahora distribuimos 100 al mes y nos hemos marcado llegar a los 150 mensuales en los próximos nueve meses. El crecimiento de la demanda está siendo muy alto. Cuando empezamos a trabajar en este campo hace cuatro años teníamos dudas, pero ahora estamos convencidos de que los vehículos eléctricos se van a imponer. El primer coche eléctrico que compramos tenía 120 kilómetros de autonomía y ahora los normales ya ofrecen 300 kilómetros, y los de Tesla 600 kilómetros. Creemos que en diez años entre el 40 y el 50 % del parque automovilístico serán coches eléctricos».