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Ignacio Redondo, el valenciano que más manda en Caixabank

Ignacio Redondo, el valenciano que más manda en Caixabank

Si hay alguien que está feliz por el traslado de la sede social de CaixaBank desde Barcelona a València es Ignacio Redondo, responsable de Asesoría Jurídica del banco. Aunque nació en Granada en 1976, porque sus padres vivían entonces allí, se siente y se define como valenciano y como tal está considerado en la entidad financiera presidida por Jordi Gual. Redondo es el valenciano de mayor rango en el organigrama de CaixaBank y trabaja en sus servicios centrales. En los diez primeros años de su vida, siempre venía a València en Semana Santa, Navidad y verano. Aquí estaban sus abuelos y el resto de su familia. Finalmente, cuando tenía diez años, sus padres volvieron a casa y con ellos, Redondo.

Formado en el colegio de El Pilar, se sintió atraído por el mundo jurídico. Licenciado en Derecho por el CEU San Pablo de València (1994-1999), decidió iniciar su trayectoria profesional en el sector público. Opositó para convertirse en abogado del Estado (aprobó a la primera y fue el número uno de su promoción) y ejerció durante cuatro años en el Ministerio de Justicia, encargándose de procedimientos laborales, penales y contenciosos administrativos.

Casado con una valenciana, se mudó a Cataluña en 2006 al ser nombrado secretario del Tribunal Económico Administrativo Regional de Catalunya (Tearc). Este organismo, dependiente del Ministerio de Hacienda y Función Pública, resuelve las reclamaciones económico-administrativas que se presentan contra las distintas Administraciones.

Después de un año y tres meses, en 2007 Redondo dejó el puesto para convertirse en el secretario general de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en sustitución de Jaime de Almenar -hoy socio de Clifford Chance-. Cuando Redondo estaba en la CMT, su presidente era Reinaldo Rodríguez, que fue el primer dirigente que tuvo el organismo regulador de las telecomunicaciones -propuesto por el socialista José Montilla- después de su polémico traslado de Madrid a Barcelona. Desde su puesto de secretario general de la hoy extinta CMT, Redondo conoció las tripas del sector de las telecomunicaciones españolas en un momento histórico.

Abogado del Estado en excedencia

El valenciano de adopción, que mantiene un bajo perfil público, estuvo en el puesto durante algo más de tres años, hasta que le sustituyó Jorge Sánchez Vicente. Redondo se convirtió en ese momento en abogado del Estado en excedencia y abandonó el sector público para incorporarse a La Caixa como director de Asesoría Jurídica. En ese momento la caja estaba presidida por Isidro Fainé. De este modo, Redondo protagonizó un camino cada vez más habitual entre los abogados del Estado, funcionarios de élite que dejan la Administración pública para pasar a trabajar en los consejos de administración de empresas del Ibex 35. Otro valenciano en esta situación es Fernando Mateu de Ros, socio fundador de Ramón y Cajal Abogados, consejero de Bankinter y letrado asesor del consejo de Iberdrola. Desde su bufete, Mateu de Ros defiende al financiero cántabro Jaime Botín, hermano del fallecido Emilio Botín, como informó El Mercantil Valenciano.

Redondo, el ejecutivo de la entidad financiera -fallero, aficionado del Valencia Club de Fútbol y veraneante en Xàbia-, dio el salto a CaixaBank cuando La Caixa creó su propio banco en el marco de la reestructuración de las cajas de ahorros. Redondo es hoy el director ejecutivo de Asesoría Jurídica de CaixaBank. Previamente completó su formación con estudios de Administración de Empresas en Esade.

Corredor y triatleta

Los que le conocen saben que es un deportista muy activo. Corredor y maratoniano, es habitual verle disputar pruebas populares de 42 kilómetros inscrito como empleado de CaixaBank y en la categoría de veteranos. Una de las últimas que corrió fue el maratón de València de 2017, que realizó en un tiempo de 3h26minutos. Redondo también ha participado en triatlones (prueba de resistencia que combina natación, ciclismo y carrera a pie), como el Olímpico de Xàbia (1,5kilómetros en el mar, 40 kilómetros en bicicleta y 10 kilómetros de carrera a pie).

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