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Opinión

El valor del regadío

El jueves 22 de marzo fue el día mundial del agua, y desde UPA-PV no queremos dejar pasar esta fecha sin recordar la importancia que tiene el agua para la agricultura y para el medio rural en general, ya que sin agua no es posible la vida en el medio rural

El jueves 22 de marzo fue el día mundial del agua, y desde UPA-PV no queremos dejar pasar esta fecha sin recordar la importancia que tiene el agua para la agricultura y para el medio rural en general, ya que sin agua no es posible la vida en el medio rural. El agua es clave en el desarrollo de los pueblos y por supuesto fundamental para la soberanía alimentaria de nuestro país. A nadie se le escapa que el agua es un factor limitante en el desarrollo del medio rural debido a las características hidrológicas de nuestro país y que la falta de este recurso amenaza la viabilidad económica de las explotaciones y frena las actividades productivas y por tanto condiciona la conservación del medio ambiente. Desde UPA queremos aprovechar que el día mundial del agua fue hace poco para recordar a quien competa que es fundamental una planificación hidrológica para todo el territorio nacional cuyos ejes prioritarios deben ser la mejora de las infraestructuras existentes , la redistribución social y el fomento del ahorro y de la eficiencia en el uso del agua.

El regadío es un elemento clave para el desarrollo rural, para la agricultura y para fijar la población en el medio rural. Teniendo en cuenta que los regadíos incrementan los rendimientos por superficie, lo que genera riqueza y evita el abandono de las explotaciones y el éxodo rural. En términos generales una hectárea de regadío puede llegar a producir hasta seis veces más que una de secano y de media la renta de un agricultor de regadío es hasta cuatro veces más que uno de secano. Además la renta suele ser más segura ya que no depende tanto del clima y se basa en una mayor diversificación productiva, y puede llegar a demandar hasta 4 veces más mano de obra. Todo esto lleva aparejada una significativa estabilización de la población en los pueblos.

Pero no es suficiente que llegue el agua al campo si el agricultor no puede pagarla. En este sentido hay dos factores importantes que deberían revisarse, por un lado el sistema tarifario que debería ser diferenciado, y por otro lado los costes energéticos que supone el bombeo del agua, debería regularse tarifas diferenciadas para este fin así como el fomento de las energías renovables y el autoconsumo.

Por todo esto, desde UPA-PV demandamos a las administraciones que se impliquen, que atiendan las demandas del sector agrario y que fomenten un cambio del uso del agua más eficiente mejor distribuido mediante un reparto social de este bien tan preciado, con la finalidad de buscar acciones económicamente rentables, socialmente justas, ambientalmente sostenibles y territorialmente equilibradas.

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