Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El negocio de subastar

Esta es una historia de ave fénix. También sobre cómo aprender de los fracasos. El valenciano Joaquín Oliete sufrió en sus carnes un concurso de acreedores hace más de una década. Aquella empresa, Bussitel, gestionaba el canal de información a bordo de los autobuses de la EMT en València y también los de Sevilla. El desacuerdo entre los socios llevó al cierre de la empresa, que acabó troceada. Oliete perdió bastante por el camino. Básicamente, vio cómo sus activos eran vendidos a precio de derribo. «El software, que era de más de un millón, se vendió por 14.000 euros», recuerda. Parece que aún le duele. Pero aprendió la lección. Y la convirtió en un nicho de negocio. «Me reuní con el administrador y analicé las cuestiones legales. Me he dedicado siempre a las nuevas tecnologías. Entendí lo que era un concurso y apliqué el conocimiento jurídico-tecnológico», explica.

Hoy, este experto en márketing y publicidad lidera con éxito Activos Concursales, una empresa que se dedica a gestionar la venta de los activos de las mercantiles en concurso para sacar el mayor partido. «El objetivo es maximizar el precio de venta y cancelar la mayor deuda del concursado», señala. La empresa cerró el pasado 2017 con unas ventas de 3,8 millones, un 25% más que el año anterior. Su buena marcha ha llamado la atención de «Financial Times». En su reciente informe sobre las empresas de mayor crecimiento de Europa, una selección de mil mercantiles, Eactivos (es su marca comercial) aparece en el lugar 191, la trigesimotercera española.

La empresa obtiene su parte de una comisión, de entre el 5% y el 10%, que se cobra a quienes se quedan con los bienes de la empresa concursada. Según explica el propio Oliete, esta empresa fundada en pleno estallido de la crisis (2009), funciona como entidad especializada, nombrada por los juzgados al calor del artículo 641 de ley de enjuiciamiento civil. A través de su plataforma on line buscan acercar al máximo número de personas la existencia de estos activos en subasta para elevar el interés y, por tanto, el precio. Hay pocas empresas enfocadas a esta labor. Las alternativas tradicionales son la plataforma del Estado y los notarios. «Se ha demostrado que a través de una entidad especializada, atendiendo a personas que tienen un interés y que no son profesionales, enseñando los activos, documentándolos, intentando darle valor... todo esto permite que haya más personas que estén interesadas e incrementar el valor».

Eactivos es hoy un actor importante en un segmento de negocio en que, sostiene, fue pionero a nivel nacional. Ninguna otra empresa se había constituido antes de 2009. Existen otras tres que compiten por coger cuota de mercado. Oliete presume de resultados. Según sus datos, Activos Concursales ha sido nombrado como entidad especializada en 75 juzgados a nivel nacional, participando en alrededor de 450 concursos de acreedores. En cuanto a las subastas, la empresa asegura que logra colocar los activos por un 42% de su valor, el doble de lo que se obtiene a través de las publicaciones en el BOE (21%) y a las que solo concurren, por norma general, los 'subasteros'.

En este peculiar trabajo, la firma se ha encontrado de casi todo. En 2014 la Audiencia Nacional le nombró entidad especializada para la venta de activos del expresidente de la CEOE, Díaz Ferrán. «Lo que hicimos fue coger el Leqar III (el yate del exdueño de Marsans), que estaba en la Marina Forum (Barcelona), hecho polvo, limpiamos las hélices e invertimos en darle un valor al activo, como se hace con una casa», explica. Le sacaron 1,2 millones de euros que fueron directamente a la Audiencia Nacional. Se lo quedó un millonario ruso a través de un abogado de Málaga.

Sobre si el suyo es un negocio con fecha de caducidad, ligado a lo que dure la crisis y la destrucción de empresas, reconoce que el volumen de los activos está cayendo, porque durante la crisis se hundían empresas constructoras, con más valor, aunque el número de concursos se mantiene más o menos estable. En todo caso, esta firma con 14 empleados y delegaciones en Madrid, Andalucía, Aragón y Cataluña, está empezando a diversificar. Por un lado, ha comenzado a trabajar con empresas que, sin estar en concurso, necesita vender un stock. Oliete contacta con todos sus clientes para lograr el mejor precio en una subasta.

Y, en breve, van a poner en marcha otro proyecto encaminado a la venta de vehículos de ocasión, encargándose de la venta entre usuarios. De hecho, ya han alquilado un concesionario en València para ocuparse de la gestión, evitando las molestias al dueño, y dando facilidades a los propietarios, con vehículo de sustitución e incluso reparación para mejorar las condiciones del vehículo.

Compartir el artículo

stats