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Inversión

El riesgo se impone a la seguridad

Los depósitos pierden fuelle como principal vehículo de ahorro de las familias. Toman fuerza los fondos y la bolsa

El riesgo se impone a la seguridad

con los tipos de interés literalmente por los suelos y la banca, en consecuencia, sin remunerar los depósitos a plazo, los ahorradores han tenido que volverse más atrevidos para tratar de obtener una mayor rentabilidad con su dinero. De alguna forma, el comportamiento de los inversores ha vuelto a la etapa de inicio de la bonanza previa a la crisis. Es decir, al año 2000. Los últimos datos de Inverco (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones), correspondientes al cierre de 2017, ponen de relieve cómo los españoles, en cuanto llegó la Gran Recesión, optaron por los vehículos más seguros, como los depósitos bancarios, que alcanzaron en 2010 el 43 % de los activos financieros de las familias. Eran nueve puntos más que a principios de siglo y casi doce respecto a 2005. Por contra, la inversión directa, es decir, la bolsa y la renta fija (deuda), cayó del 29,1 % en 2000 al 25,3 % en 2010, mientras que la inversión colectiva (fondos de inversión) descendió del 14 % al 7,5 %. Desde 2010, la estructura del ahorro de los españoles ha cambiado también sustancialmente. Los depósitos representan el 37 % del total, seis puntos menos que hace siete años, la inversión directa ha crecido dos puntos, hasta el 27,2 %, y los fondos de inversión se han duplicado, hasta el 14,6 %. Llama la atención cómo el ahorro canalizado a través de las aseguradoras y los planes de pensiones apenas ha sufrido cambios desde la llegada del nuevo milenio. Inverco, que cita datos del Banco de España, destaca que los activos financieros de las familias españolas se situaron a finales de 2017 en el nuevo máximo histórico de 2,15 billones de euros, después de que el año pasado los hogares incrementaran en un 2,4 % su saldo. Fueron 49.739 millones más. Las instituciones de inversión colectiva lideraron el aumento en 2017, con una subida del 12,3 %. En este contexto, la situación patrimonial de las familias «continúa consolidándose, debido tanto a la reducción de sus pasivos financieros [deuda], que a finales de 2017 se situaron en el 66,6 % del PIB nacional (69,3 % en 2016), como al incremento de los activos». Aunque la contracción de la deuda ha bajado «notablemente» y la tasa de variación anual fue del menos 0,1 %, la riqueza financiera neta de las familias aumentó un 3,8 % en 2017, hasta situarse en 1,37 billones de euros.

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