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Gilles Chaillet

Luces en el crepúsculo

Balzac decía que hay dos historias: la oficial, mentirosa, y la secreta, que esconde las causas de los acontecimientos

Gilles Chaillet llegó al cénit de su estilo en la saga de cinco volúmenes La última profecía, título algo premonitorio, ya que fue la última obra en la que el artista trabajó como guionista y dibujante a la vez. Publicada en España por Netcom2, el autor de títulos tan importantes para la escuela franco-belga como Vasco o Vinci reflejó aquí su exhaustivo conocimiento del mundo clásico adquirido a través de innumerables lecturas, que realizó incansablemente hasta morir en 2011 con 65 años.

El primer volumen, Viaje a los infiernos, comienza el 6 septiembre del año 394, por lo que está ambientado en el crepúsculo del Imperio Romano, cuando se extendía el cristianismo y los cultos mistéricos orientales ganaban muchos adeptos, y muestra una Roma azotada por los enfrentamientos, tanto militares como religiosos entre bárbaros con romanos y a paganos con cristianos.

En las primeras viñetas aparece una recreación de la Batalla del Frígido, en la que el emperador Teodosio I derrotó al usurpador Eugenio y su magister militum, el franco Arbogasto. Aquí Chaillet se toma algunas libertades haciendo que Eugenio no esté presente en el campo de batalla sino en su residencia. Posteriormente todo sucede dentro de los muros de la ciudad, donde el protagonista, el senador Flaviano, partidario de Eugenio y uno de los últimos practicantes del paganismo, asiste impotente al fin de su religión por el cristianismo.

Vemos toda una serie de acontecimientos históricos recreados fielmente, como el hecho de que después de ganar la batalla, Teodosio ordenase apagar el fuego sagrado de Vesta, la diosa romana de la tierra, del fuego y del humo, divinidad fundamental en la religión romana. También se refleja que como consecuencia de la expulsión de las vírgenes vestales del templo en el que preservaban, perpetuamente encendido, el fuego sagrado de la diosa Vesta, estas sacerdotisas fueron condenadas a la mendicidad.

Entre tantas humillaciones y atropellos, Flaviano se inicia en un culto mistérico dirigido por una de las sibilas. Durante la ceremonia iniciática tendrá que descender al Hades, en lo que constituye la parte más interesante e inquietante de este cómic (a la que se refiere la ilustración inferior), porque vemos que Chaillet lo describe basándose en las teorías que afirman que, en los cultos mistéricos de la antigüedad, se hacía ingerir a los candidatos sustancias alucinógenas que les hacían ver todo tipo de imágenes fantásticas, que tomaban por un viaje al más allá. Y asistimos a toda un descripción de todas las partes del Hades: la laguna Estigia, los campos elíseos y asfódelos y etc?, y finalmente se le revelan las profecías de los oráculos sibilinos.

El segundo volumen, Las mujeres de Emesa, es un viaje al pasado en el que Flaviano asiste a lo sucedido más de siglo y medio antes en la ciudad siria de Emesa, la actual Homs destrozada por la guerra civil, cuando Vario Avito Bassiano, sacerdote del dios El Gabal, de apenas catorce años de edad, se convirtió en emperador. Nuevamente Chaillet se toma algunas libertades, como por ejemplo hacer que al convertirse en emperador Vario Avito Bassiano sea denominado Heliogábalo, cuando en realidad tomó el nombre de Marco Aurelio Antonino Augusto, y no fue conocido con ese nombre hasta mucho tiempo después de su muerte. Las mujeres de Emesa a las que hace referencia el título de la obra son la madre del emperador adolescente y sobre todo la poderosísima Julia Domna, viuda del emperador Septimio Severo.

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