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Galería Abierta

Ben Andr y Regina de Miguel: Contra el olvido

Ben Andr y Regina de Miguel: Contra el olvido

Videoinstalación

La resistencia invisible de lo cotidiano I: Reificación. Ben Andr y Regina de Miguel. Fundación LA POSTA, c/ Pintor Fillos, 2. Valencia. Hasta el 14 de febrero

Es un hecho que pervivimos mientras se nos recuerda. En el momento en que dejamos de ser invocados, cuando el tiempo borra nuestro rostro, el sonido de nuestra voz y las muletillas que utilizábamos dejan de surgir en las mentes de aquellos que nos conocieron, cuando ya nada les recuerda a ti, vuelves a morir, que decía Christian Boltanski, por segunda vez, pero en esta ocasión de verdad. De ello, quizás, la necesidad de recuperar, de escudriñar en el pasado, de desenterrarlo. Hay una resistencia invisible, tal como nos detalla el título del proyecto artístico que nos ocupa, al olvido, o en todo caso, a impedir que aquellos que nos precedieron se vayan del todo. Necesitamos saber, con mayúsculas, y registrarlo. Buscamos lo que fuimos una vez, cómo vivíamos y moríamos, las relaciones interpersonales que creábamos y, curiosamente, sus respuestas suelen llevarnos a la conclusión de que vivimos, morimos y nos relacionamos mejor que nuestros antepasados.

En los últimos años hemos asistido, además de a un merecido reconocimiento a la arqueología por su inestimable labor de paciente recuperación, a muestras en las que una serie de artistas han trabajado o siguen haciéndolo en torno a la forma de almacenar y catalogar ese ingente material. Estamos hablando de archivos sonoros, de huesos, vajillas o joyas, y hablamos de cementerios y formas de «permanecer físicamente» y ser «visitados». Y de eso, o parte, gira el proyecto de La Resistencia Invisible de lo Cotidiano I: Reificación acometido por el noruego Be Andr (Oslo, 1978) y la siempre interesante Regina de Miguel (Málaga, 1977).

Hablamos de proyecto, más que de exposición, porque lo que ocupará durante unos meses este nuevo espacio artístico recientemente abierto con el singular nombre de La Posta, es un tema sobre el que un comisario, Juan Fabuel, presentará dos exposiciones a cargo de diferentes artistas. Se aborda así, sobre un mismo argumento, diferentes perspectivas, modos distintos e incluso es posible que contrarios, de concebirlos y mostrarlos al público.

Lo que realmente nos parece casi una extravagancia en los tiempos que corren es la apuesta en principio decidida por abrir un lugar de encuentro de artistas nada convencionales con propuestas difíciles de plantear. Lo que realmente nos admira es que el capital privado, tan razonablemente interesado en recibir beneficios, se implique en un proyecto claramente altruista. Milagro es que alguien apueste por arte cuando recientemente hemos sabido por medio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que el 59% de los españoles está interesado «poco o nada» por las artes plásticas. Es realmente una heroicidad que todavía haya gente que sepa que buena parte de lo que fuimos y desenterramos, desde que se nos ocurrió resguardarnos en las cuevas, se explica a través del arte.

Susana Roig Hervás

Iconos de otra infancia

Dibujo, instalación

Una mirada. Un Mundo. Ca Revolta. Santa Teresa, 10. Valencia. Hasta el 9 de febrero

Espacio receptivo a voluntades y vindicaciones diversas, Ca Revolta acoge una muestra centrada en la multidiversidad cultural como patrimonio universal que, aunque exenta de militancias en su diáfana realización „sin recovecos conceptuales„, habla de la idea de solidaridad.

Otrora retratista gráfica eximia hasta el hiperrealismo, una vez demostradas sus dotes y asumido los candores de este género y su mercado, la artista valenciana Susana Roig Hervás replantea su oficio hacia la interpretación, el subjetivismo, del ejercicio de la reproducción visual, camino en el que han intervenido la gestualidad pictórica, el collage y la geometría, manteniendo el dibujo figurativo, el retrato, como eje y primer plano. Inapelable por elemental, emotiva y directa, esta serie tiene como tema y discurso los rostros de infantes de sociedades asociadas al subdesarrollo „principalmente asiáticos„ a los que Roig Hervás recontextualiza como significantes.

De dibujo esquemático cuyo linde con la evanescencia refiere a la inestabilidad material que les rodea y a la incompleta definición de la vida, estos niños (inspirados o recreados de los medios de comunicación) son captados en sus miradas frontales, inocentes e ignorantes de su condición de víctimas propicias de su incierto futuro y plenos de esa serena alegría sólo factible en la infancia. En el contraste entre figuración y abstracción, entre el registro de los rasgos básicos que identifican la personalidad humana y el contexto en el que se presentan se encuentra el meollo expositivo y la apelación de esas miradas que sin ser suplicantes ansían complicidad: ya sea mediante el dripping acrílico, el collage de papel o técnicas mixtas matéricas, la autora sitúa a sus personajes en escenarios en transformación, de imprevisible e incierta consumación a modo de metafórica alusión a conflictivas realidades que amenazan engullir a sus protagonistas y convertirlos en recuerdos de la existencia.

Crepusculares, ilusiones o sueños, reales e irreales, los niños de los que Susana Roig Hervás se ocupa son todos los niños del mundo, el mismo mundo que les ignora y a cuya supervivencia rinde homenaje el acto artístico de manera ambiguamente iconográfica, hecho, éste, literal en sus piezas de pan de oro y plata que devuelven miradas del agrado estético a los umbrales blindados de las consciencias.

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