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Poesía

El deber de los ojos

Libros que no ven la luz, otros que sí, estos diálogos entre la palabra y la imagen dejan oír la música de tres grandes de la belleza: Jenaro Talens, Santiago Auserón y Alberto García-Alix. Para mejor ver.

El deber de los ojos

En el prólogo de este libro, Jenaro Talens escribe: «Lo que los ojos tienen que decir surgió como proyecto en las reuniones que a lo largo de varios meses, entre el otoño de 2011 y la primavera de 2012, mantuvimos Santiago Auserón, Alberto García-Alix y yo mismo con vistas a un libro de conversaciones sobre la relación entre fotografía, música y poesía. Por diferente motivos, ese libro no ha visto la luz».

Luego añade: «La idea motriz de este libro fue desde un principio reflexionar a través del diálogo entre la palabra y la imagen, sobre los límites y las contradicciones que acompañan al autorretrato o a su equivalente en la escritura poética, la autobiografía». Y finalmente, el solapista rehace una sugerencia del prólogo de Talens: «Dos artistas contemporáneos, cada uno aprendiz perpetuo de su propio oficio, intercambian experiencias de desconcierto, quizá con la secreta esperanza de encontrar sentido a un mundo que nunca lo tuvo».

Veamos los componentes de este diálogo.

Las imágenes de Alberto Garcia Alix en este libro no parecen, en general, las imágenes de Garcia Alix que se suele tener en mente. Es un Alix que ha sentado cabeza; más maduro, más melancólico, de una distinguida taciturnidad menos hiriente. Los textos de Jenaro Talens „poeta estimable y conocido polígrafo„ sí parecen de Jenaro Talens. Tanto en sus reflexiones teóricas iniciales, como en sus poemas, hay abundantes referencias de autores con las que trata de matizar y enriquecer su argumentación teórico- poética. Consigna citas de Vincent Descombes (witgensteniano de casi estricta observancia), Fabrizio de André (cantautor italiano), Pedro Soto de Rojas (conspicuo culterano de la primera hornada, autor de Paraiso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos), Gertrude Stein (protectora del ubicuo Picasso), la traductora y poeta Clara Janés, el músico Gustav Mahler, el filósofo Ludwig Wittgenstein, el poeta Antonio Machado, el cineasta Ethan Coen, así como textos isabelinos o de poetas herméticos italianos y portugueses, entre otros.

«La acción de la belleza consiste en dejar mudo» asegura el poeta Paul Valéry en uno de sus descorazonadores aforismos.

El libro que aquí comentamos no nos deja mudos. Pero de vez en cuando „como la imagen de Garcia Alix de la pag. 66, o como el poema titulado Autobiografia en días apacibles de Talens, de cierto aire cesarsimoniano„ nos hace (por decirlo así) bajar la voz; lo cual no es poco.

Este volumen es susceptible de convertirse en un acertado obsequio posnavideño.

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