El cartel intenta ser un reflejo de las mejores propuestas de la escena, combinando estilos, lenguajes, veteranía y juventud. Es por ello que entre nombres no muy conocidos, pero interesantes, puede encontrarse a grandes como el pianista Ignasi Terraza: «es una iniciativa muy interesante y muy necesaria, en la línea de otras similares que se hacen en el Norte de Europa, que permiten acercar más fácilmente los programadores de festivales a la escena jazzística de nuestro país. Pues aunque como músicos tenemos la vocación de buscar otros públicos y abrir otros mercados, las fronteras de Europa siguen pesando a las empresas de management españolas, que tienen aún poca entrada en los festivales europeos, y el jazz que se hace aquí sigue siendo muy poco conocido más allá de los Pirineos, con la excepción de algunos grupos de flamenco».
Terraza actuará el sábado a trío, ofreciendo una sinestesia colectiva a través de su último trabajo, Imaginando Miró: «Propongo al público que se acerque a la pintura de Miró sin verla, imaginando el cuadro a través de una descripción. Es una suite de piezas inspiradas en descripciones de los cuadros de Miró, un juego de referencias en el que no se pretende que la descripción substituya al cuadro, ni que la música sea una mera banda sonora de la pintura, sino que cada una tenga sentido por sí misma».
Otro de los proyectos llamativos, y quizá el más arriesgado, del JazzEñe es el dúo Agustí Fernández y Lucía Martínez, piano y batería. «El riesgo encadena también emoción, y aunque de primeras pueda parecer una propuesta muy moderna, que lo es, la música y su energía siempre llega. El lenguaje que se use, en este caso la improvisación, es lo de menos. Lo único que se necesita es a un público que le apetezca arriesgarse también», explica Lucía Martínez. Tanto su sonoridad como los destellos free sugieren la búsqueda de conexión con un público más especializado, pero Agustí Fernández asegura que «cualquier melómano abierto a nuevas sonoridades y maneras de tocar puede disfrutar» de su propuesta. «No creo que nos dirijamos a un público especializado, solo sensible y con ganas de experimentar nuevas emociones. No somos para un público que busque la repetición de una música del pasado, cualquiera que esta sea. Sino un público que quiera una música actual que le descubra partes de sí mismo que igual no conoce. Gente que quiera emocionarse», puntualiza el pianista. Y esa emoción, coinciden ambos, se desprende de la energía generada por su entendimiento: «Destaca la complicidad que establecemos entre nosotros, y que se trasmite al público. La empatía, la colaboración y el respeto mutuo. Somos de generaciones diferentes, hemos vivido experiencias completamente diferentes pero nos une la pasión por la música, el compromiso con el arte que hacemos. Aparte de otras cosas más evidentes como el virtuosismo, la apertura a lo desconocido, la escucha intensa, etc. La palabra clave para hablar de lo que hacemos es "pasión", pero pasión con alegría, ¿eh?».
Durante estos tres días, el Rialto acogerá doce conciertos en formato showcase que perfilarán las distintas caras de la riqueza jazzística española, desde la fusión flamenca de Nono García y la jota de Carmen París, al sabor cubano-ruso de Alexey León, de la detención del tiempo con David Mengual Slow Quartet al frenético groove de Nu-Roots. Experimentos sonoros como el de YELO, la contemporaneidad mediterránea de Albert Sanz Trío, reminiscencias clásicas con Siks Haedo, una escapada de la armonía con Sir Charles + 3 y las cuerdas de AupaQuartet. Conscientes del valor de sus proyectos, los músicos esperan que la respuesta llegue, además de por parte de los programadores internacionales, del público ya que, tal y como apunta el trompetista valenciano David Pastor, «esta programación es la muestra de que estamos en plena ebullición creativa de calidad. El JazzEñe se presenta como una puerta al mercado internacional que se abre desde casa. Es muy importante contar con el apoyo de nuestro público como paso previo a la proyección del arte español. Ahora más que nunca».
