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Fotografía

«Punctum» generacional

Durante los últimos ciento veinticinco años nos hemos celebrado nuestra existencia y a certificarla mediante la producción masiva de testimonios más o menos banales. Joan Dolç hace inventario de un conjunto de fotografías aparentemente escogidas al azar

Balance de Existencias.

En Balance de Existencias, Joan Dolç ha recogido una considerable cantidad de imágenes de fotógrafos anónimos, sobre gentes anónimas y lugares a menudo anónimos. Toda esta iconografía silenciosa le resulta familiar, sobre todo, a esa clase de lector que pertenece a la generación de Joan Dolç. En tal iconografía hay lo que de Roland Barthes denomina punctum. Aunque en este caso, cabría hablar de punctum generacional, es decir, ese tipo de imágenes que inexplicablemente conmueven a un determinado grupo de espectadores y no a otro, por esa vertiginosa e indiscriminada manera que tiene la fotografía de albergar detalles importantes o casuales, pero que según quien observe puede trastrocarse completamente esa jerarquía.

Balance de existencias «surge en el momento en el que el autor le parece que el tiempo por un lado se comprime y por otro se torna escaso, cuando se le presenta con más fuerza que nunca el dilema nietzscheano de qué hacer con el tiempo „con el que le queda, quiero decir„, dado que ya está definitivamente claro que nadie, sino uno mismo, puede darle sentido.(€) Es cuando aparece el desanimo definitivo o la necesidad imperiosa de atar cabos», esto escribe el propio Dolç en el prólogo del libro.( Por cierto, de este volumen, se ha editado una versión en valenciano y otra en castellano).

Dolç emplea fotografías de paisajes, muchedumbres, bebés, escenas familiares, ambientes escolares o fabriles, procesiones religiosas, manifestaciones cívicas, damas de melancolía pre-hopperiana€ Las fotografías son de épocas diversas, pero todas pertenecen al universo analógico, es decir, anteriores a la década de los años 80 del pasado siglo. Tratan sobre todo de un país de postguerra memorizado por cámaras analógicas, experiencia de la que naturalmente carecen, para mal o para bien, las nuevas generaciones.

La estructura de Balance de Existencias es sencilla: a cada imagen (en página par) le corresponde un texto (en página impar). Porque «cada uno de estos textos ha surgido de la imagen que aparece al lado, al entrar en contacto con el imaginario acumulado y la idiosincrasia de un individuo en particular, que es quien firma. El texto que lo acompaña pretende, a veces, explicar de una manera explícita el origen de esa atracción, pero lo que ha hecho a menudo ha sido dejarse llevar».

En sus textos, Joan Dolç glosa las imágenes desde planteamientos reflexivo-ideológicos más que propiamente personales, aunque también es verdad que cierto tipo de escritores viven como íntimo y personal asuntos teórico-ideológicos.

Dada la, en ocasiones, llamativa lejanía entre imagen y texto, Joan Dolç nos advierte que hay al menos tres libros en su libro: 1) sí solo vemos las imágenes 2) si solo leemos los textos y 3) si lo vemos y leemos el libro en su totalidad. A nuestro modo de ver, el «libro» más original y sugestivo de Joan Dolç es el primero, es decir, el conformado por la mera elección „afortunada y misteriosamente azarosa„ de estas espléndidas imágenes anónimas.

En fin, recordemos que Joan Dolç no es un desconocido en el mundo cultural valenciano. Nació en Alboraia en 1956. Durante los años 80 y 90 practicó literatura de ficción y publicó diversas novelas en editoriales de Barcelona y Valencia. Después su actividad literaria derivó hacia el ensayo breve y el periodismo de opinión; a su vez trabajó en la dirección y producción de documentales para el cine y la televisión. Fue también cofundador y director, durante sus cinco años de existencia, de la revista Lars, cultura y ciudad. Y el presente año ha iniciado la puesta en marcha de esta nueva colección In Púribus, que es una iniciativa de L´Eixam Edicions y de Gran Angular Indústries Culturals.

Las señas de identidad de la colección In Púribus es que aspira a posicionarse como un sello de calidad, cumplir la función del editor y promocionar autores que, con frecuencia, han trabajado desarrollando un pensamiento crítico bajo sus diversas formas, al margen de las estándares de las gran industria cultural. Que así sea.

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