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Cavafis desde el presente

Cuantas más traducciones de un clásico, mejor, y a ello se ha dedicado la editorial Pre Textos con la edición de un hermoso libro en forma de misal dedicado a la poesía completa de uno de los grandes escritores del periodo de entresiglos, el grecoalejandrino Constantino P. Cavafis.

Poesía Completa C.P. Cavafis

No hace mucho, durante la séptima edición de «El ojo de Polisemo», en la Universidad Jaume I, en una mesa redonda sobre traducción y edición de teatro y poesía, escuché a Manuel Borrás explicar que en punto a clásicos, cuantas más traducciones de una obra, mejor. Las obras que consideramos clásicas se cuentan, naturalmente, entre aquellas que, diría Walter Benjamin, consienten y demandan su traducción, que se dará en cada caso -y se dará una y otra vez, porque la demanda persiste- a condición de que, entre el conjunto de sus lectores, la obra encuentre personas adecuadas para asumirla. Otra condición, claro, es que se encuentren las casas editoriales que transformen la demanda en encargos. Esta Poesía completa de C. P. Cavafis debida a Juan Manuel Macías, es, en el transcurso de pocos meses -tras Romiosyne seguido de La señora de las viñas, de Yanis Ritsos, con traducción y prólogo de Juan José Tejero, y Cuatro estaciones, de Costas Mavrudís, en edición bilingu?e de V. F. G.-, el tercer encargo de poesía griega contemporánea que viene a morar a las colecciones de Pre-Textos, y quiero ver en ello presagio de nuevas acogidas.

Es sabido que Cavafis no publicó nunca un libro completo; publicó poemas en revistas, plaquettes, cuadernos, hojas sueltas, y, a partir de 1912, carpetas preparadas por él mismo en las que iba reuniendo las separatas que las revistas le hacían llegar de los poemas que le publicaban, y, posteriormente, las hojas sueltas en que se hacía imprimir los nuevos poemas. Ediciones no venales, de pequeña tirada, que distribuía sistemáticamente, en mano o por correo, entre amigos y personas interesadas en su obra. La primera edición reunida en un libro propiamente dicho del núcleo principal de su obra -los 154 poemas, conocidos como canónicos, que él publicó de uno u otro modo en su madurez- se imprimió en Alejandría en 1935, dos años después de la muerte del poeta, al cuidado de Rica Sengopulu. Desde 1963 la edición de referencia, revisada en 1991, es la de Yorgos P. Savidis, en dos volúmenes, en la editorial ateniense Ícaros. Los textos fijados en las ediciones atenienses de Savidis -la mencionada de los canónicos y la de los ocultos (Ícaros, 1993)- son los que ha manejado, los que ha traducido Juan Manuel Macías. Tipógrafo, editor, bloguero, coordinador un tiempo del sitio web de DVD ediciones, hombre de su tiempo, como Cavafis del suyo, el traductor ha seguido un camino que en algo recuerda al del alejandrino hasta llegar a esta edición, precedida por la publicación de borradores de las versiones en Facebook, en revistas, magacines y blogs.

La poesía de Cavafis fue introducida en España a finales de los años cincuenta, principios de los sesenta, por relevantes personalidades de la generación del 27 (Cernuda, Aleixandre), la segunda generación novecentista catalana (Carles Riba) y la generación del medio siglo (Joan Ferraté, Elena Vidal, José Ángel Valente). A partir de 1971, traductores, filólogos, críticos y poetas de la generación del 70 (José María Álvarez, Lázaro Santana, Luis de Cañigral, Pedro Bádenas de la Peña, Alfonso Silván, Ramón Irigoyen…) entregan las versiones que constituyen, junto a alguna otra aportación, el corpus de la poesía del alejandrino traducida al castellano en España leída por las últimas generaciones. Notable difusión entre los lectores (no sólo de España) han tenido las traducciones de José María Álvarez y Pedro Bádenas de la Peña. También la de Ramón Irigoyen. Y no conviene olvidar versiones castellanas tan notables como, entre otras, las de Miguel Castillo Didier y Francisco Rivera, que nos han llegado de América. La primera aportación importante de personas de las generaciones posteriores es la de Rafael Herrera y Anna Pothitou, que en 2003 (Madrid, Visor) brindaron una versión métrica -lo que ciertamente suponía una novedad- de la Poesía completa de C. P. Cavafis. 2003 es precisamente el año en que Juan Manuel Macías edita Azul de enero, su primer poemario, en la colección Baños del Carmen de Ediciones Vitrubio.

La poesía de Cavafis -alejada del lirismo, objetiva, fragmentaria, narrativa y prosaica, irónica, a veces dilemática, a veces paródica, compleja, dialógica y polifónica, casi novelesca; tejida, en varios planos, en torno a personas que habitan con su propio discurso en la ficción, sutilmente política- trata de la vanidad del poder y la soledad de las personas, del amor y el placer, del cuerpo y la memoria, de la vida y el arte, de la dignidad de los perdedores. Sus protagonistas, situados en el universo homérico, la antigu?edad tardía, en el mundo bizantino o en la sociedad contemporánea, se enfrentan, en lo que pueden elegir, a la misma disyuntiva: ser ellos mismos o entregarse a las convenciones. Juan Manuel Macías, que lleva a gala su condición de traductor, ha escrito en Sucede en la voz de otros [Apuntes mundanos de poesía] (Sevilla, Isla de Siltolá, 2015): «la traducción de poesía es una quimera, a pesar del empeño que alguna vez podamos haber puesto los que traducimos poesía en darle un estatus diferenciado a una actividad que no deja de ser -me temo- otra forma más de escribir poesía». Y escribiendo, al traducir al poeta alejandrino, poesía en castellano -invoco de nuevo a Benjamin-, Macías despierta un poderoso eco de las voces cavafianas. Las versiones acercan cabalmente a la complejidad de los textos originales y permiten la percepción clara de algo, oscurecido en otras aproximaciones, que el traductor anuncia en su prólogo: «Cavafis escribe siempre desde un inevitable presente, y su poesía habla sin embozo al presente del lector posible que quiera acogerla». A ello contribuyen las notas de Juan Manuel Macías, que, incluso si en ocasiones aportan, sin alardes de erudición o propósito didáctico, elementos que puedan ayudar a la lectura del poema, son sobre todo esclarecedores comentarios sobre la poética de Cavafis y aun sobre la suya propia.

Corroborando el parecer de Manuel Borrás, las traducciones de la obra del alejandrino se suceden, no sólo en nuestro país ni sólo en castellano -no olvidemos la reciente versión asturiana de Xosé Gago de Los 154 poemes-. Justamente cuando Pedro Bádenas de la Peña ultima su magna edición castellana del corpus cavafiano para la Biblioteca de Literatura Universal dirigida por Luis Alberto de Cuenca, con la traducción de Juan Manuel Macías continúa nuestra fecunda relación con la obra del poeta alejandrino. Tras la lectura de esta nueva traducción de los poemas de Cavafis compartimos, agradecidos, con el traductor, la pasión y la mirada, junto al deslumbramiento de nuestro propio, humano, necesariamente incompleto, viaje a Ítaca.

* El presente texto está editado como epílogo

del libro reseñado. Se publica ahora,

con permiso del autor y el editor.

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