Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cerebros y mosquitos

El título era «Cerebros electrónicos, cerebros de mosquito» -pero que pena tú, es que no cabe en su sitio- y lo que sigue continúa otra columna publicada aquí hará más de diez años titulada: «Idiotas por ordenador», que versaba sobre esa gente que por poseer un conocimiento grande -incluso exhaustivo- de los programas informáticos para (y no de) diseño gráfico, dan en creer que son diseñadores. Y de ahí las barbaridades en la materia que podemos ver a menudo, todo por no entender que un programa, como un lápiz, solo es una herramienta, más sofisticada, sí, pero mira: el lápiz siempre irá por delante del programa (pero no lo cojas, a ver si te muerde, inútil) y la mente por delante del lápiz. Pero cuando las ideas destacan por su ausencia ninguna máquina, al menos de momento, puede aportarlas.

Un conocido mío me felicitó efusivamente entonces por aquella columna (él era uno de ellos), que ya era hora que alguien hablara claro y que ya estaba bien. Esa persona no es que encajara en el perfil, como se dice ahora, que yo describía: es que él «era» el perfil. Afortunadamente, en estos años el mercado se ha autorregulado y han desaparecido muchos de esos idiotas por ordenador, pero el daño efectuado a los verdaderos profesionales del sector ha sido grande, porque siguen habiendo empresarios paletos que necesitando los servicios de un diseñador gráfico prefieren acudir al primo de su cuñada que también tiene un ordenador (ojo) y hace cosas más baratas que esos timadores.

Aún así sigue habiendo jetas recalcitrantes que persisten y se defienden de su ineptitud atacando: «Seamos sinceros. En el mundo del diseño el pescado ya está repartido entre cuatro abuelos que se ganan las garrofas (sic) estampando su firma a cualquier pegote. Pero nosotros no cejamos en el empeño de dejar nuestra pequeña huella en este mundillo de pijos, pseudointelectuales, gafapastas e iletrados que conformamos (sic) la gran familia del diseño» (sic a la totalidad y vuelta al ruedo).

Este delirio, que se comenta por sí mismo, no lo he escrito yo, está en una web (de esas que rompen la pana) de un indocumentado, que he encontrado husmeando por ahí. La ignorancia es atrevida y este chico es atrevidísimo.

Y como el tema informático es tema que me interesa bien poco y seguramente tardaré en meterme de nuevo en harina digital, aprovecharé aquí para recomendarles que nunca paguen 150 € ni cantidad semejante por su dominio y alojamiento de su web, porque con 29 pavos se puede hacer la fiesta. Precio que incluye el IVA, que está documentado y se paga por el banco y no a un tipo en el aparcamiento de un centro comercial (y además la propiedad del dominio es tuya y no de ningún sinvergüenza).

Compartir el artículo

stats