Cuando en 1940 un joven diseñador gráfico, Alex Steinweiss (1917-2011) sustituyó las bolsas de papel de estraza por un envoltorio de formas y dibujos estilizados la industria discográfica conoció un nuevo big bang después que Thomas Edison pusiera en circulación el cilindro de fonógrafo. El disco, ahora presentado en forma de álbum artístico, colabora al despegue de la industria discográfica que veía dispararse sus ventas y aumentarlas hasta un 800%.
En el departamento de diseño de Columbia Records, Steinweiss, como director artístico, marcará la imagen de la casa con sus trabajos bajo la influencia de las vanguardias y el cartelismo europeo de los años treinta. Tendrán que pasar algunos años para que otro diseñador gráfico de la editora, John Berg, fallecido recientemente, imprima una nueva revolución gráfica con sus portadas para Bob Dylan, Simon and Garfunkel, Santana o la célebre cubierta de Born To Run -fotografía de Annie Leibovitz- de Bruce Springsteen convertida en uno de los grandes iconos del siglo XX junto con el Sergeant Pepper´s de los Beatles, la banana de Andy Warhol (The Velvet Underground), el Sticky Fingers de los Rolling Stones y los diseños de Jamie Reid para los Sex Pistols.
En esta transformación del disco como objeto artístico jugarán un papel clave fotógrafos como Richard Avedon, Irving Penn, Lee Friedlander, Andy Warhol, David Bailey y otros menos conocidos; fotógrafos y diseñadores colaboran en esos vasos comunicantes entre el disco de vinilo y la cámara de fotografía que proyecta una pieza de consumo como el álbum en objeto de creación de vanguardia de cultura popular. Las portadas del sello de jazz Blue Note son el exponente de este nuevo concepto creativo de la mano de diseñadores como Reid Miles y fotógrafos como Francis Wolf. A partir de los años cincuenta los diseños de Blue Note revolucionan la imagen y el estilo de los sellos discográficos en todo el mundo. En España su influencia más visible se puede ver en los trabajos que Jordi Fornas realiza para el sello Edigsa, la marca fundadora de la Nova Cançó y donde se publican los primeros trabajos musicales de Raimon, Serrat y otros cantautores. También se puede rastrear su huella en los trabajos que Daniel Gil crea para el sello Hispavox en la década de los sesenta, en colaboración con el fotógrafo Francisco Ontañón.
A lo largo de su reinado como objeto preferente de consumo el álbum reflejará las oscilaciones estéticas, desde el pop-art al minimalismo, el revival modernista o art-nouveau, la irrupción de la psicodelia, el grafismo "sucio" del movimiento punk o el impacto de las nuevas técnicas en la imagen fotográfica hasta la irrupción digital. En el mercado español el trabajo de Joan Miró para el álbum de Raimon sobre poemas de Salvador Espriu señala un punto de ruptura en el diseño discográfico, abriendo una nueva época en la imagen del disco. La discografía de Raimon se enriquecerá con los nombres de Equipo Crónica, Alfaro o Antoni Tàpies como colaboradores gráficos. Otro tanto sucederá con el álbum diseñado por el pintor Antoni Miró, A Alcoi de Ovidi Montllor, con su revolucionario envoltorio confeccionado en cartón, el material «pobre» de embalaje que se fabrica en la ciudad, y que aparece como una abrupción gráfica en mitad de la década de los setenta.
En esta confluencia entre creador plástico y álbum destaca la colaboración de Manuel Boix con el grupo Al Tall a lo largo de cerca de cuatro décadas con sus imágenes de carácter simbólico o de reinterpretación de la historia, proyectadas con un fuerte contenido lírico. Incursiones más puntuales como las de un creador plural -publicidad, diseño, cine- como Rafael Gassent o un diseñador gráfico como el malogrado Paco Bascuñan. O el trabajo que realiza Enric Satué para el efímero sello Put-put con grupos como Alimara o cantautores como Remigi Palmero o Carles Barranco que suponen un nuevo giro en el diseño editorial de finales de los años setenta. Sin olvidarnos del legendario Brossa d´ahir de Pep Laguarda & Tapinería con diseño puntillista psicodélico del propio Laguarda, Garri Campanillo y Ximo Lara. Con la aparición del Cd o disco compacto a partir de los años ochenta diseñadores y creadores tendrán que adaptarse a los nuevos soportes y el álbum pierde su condición de objeto privilegiado. El retorno del vinilo en forma de reedición en estos últimos años le ha devuelto en parte su antiguo explendor, ahora, entre el culto vintage y la pasión del coleccionista.
